miércoles, 30 de mayo de 2018

Overlord Volumen 4 Capítulo 2

Capítulo 2
  Reunión de hombres lagarto
Parte 1


Ya había sido medio día de viaje montando a Rororo a través de los humedales. El sol estaba alto en el cielo, sin embargo Zaryusu no había encontrado a los enemigos de los que estaba preocupado y llegó a salvo a su destino.


En los humedales, había diversas residencias construidas de la misma manera que aquellas de la tribu Garra Verde, casas rodeadas de afiladas pinchos orientados hacia afuera en todos los lados. Aunque había espacios libres entre los pinchos, eran suficientemente efectivos en obstruir el paso a criaturas grandes tales como Rororo. Aunque el número de casas era menor al de la tribu Garra Verde, cada una era más grande.

Por tanto no era claro cual tribu tenía la población más grande.

Cada una de las residencias tenía una bandera ondeando en el viento. Todas las banderas llevaban la marca de la tribu de hombres lagarto, Ojo Rojo.

Correcto, este había sido el primer destino que Zaryusu había planeado ---el asentamiento de la tribu Ojo Rojo.

Luego de inspeccionar sus alrededores, Zaryusu suspiró aliviado.

Esto debido a que, afortunadamente para Zaryusu, el lugar de la tribu se encontraba en el mismo lugar de los humedales, consistente con la información obtenida anteriormente. Él originalmente había pensado que ellos se habrían marchado como resultado de la última guerra, en cuyo caso él hubiera tenido que comenzar la búsqueda de la tribu.

Zaryusu miró hacia atrás en la dirección en que venía el viento, y aunque no podía verlo claramente, sólo un poco más lejos de su campo de visión se encontraba su propio pueblo. En este momento, su pueblo debería de estar preparándose vigorosamente. Aunque se había marchado con ansiedad, él podía estar seguro de que por el momento su pueblo estaba a salvo de cualquier ataque.

El hecho de que Zaryusu fuera capaz de llegar aquí a salvo era prueba de ello.

Él no podía determinar si esto era un defecto en el plan del Supremo, o si sus propias acciones se encontraban dentro de sus cálculos, pero en cualquier caso el oponente actualmente parecía no tener intensiones de faltar a su palabra, y no había intentado intervenir en las preparaciones de la batalla.

Por supuesto, incluso si el así llamado Supremo movía su mano para intervenir, lo único que Zaryusu podía hacer era actuar para llevar a cabo lo que creía.

Zaryusu bajó de un salto de Rororo y estiró su cuerpo. Aunque montar a Rororo a través de largas distancia hacía que sus músculos se entumecieran, estirar su espalda hacía que la fatiga pareciera en realidad agradable.

Seguidamente, Zaryusu ordenó a Rororo que se quedara en ese lugar aguardando por él, entonces tomó algunos pescados secos de su mochila para Rororo, para que sirvan como su desayuno y almuerzo.

Honestamente, él quería que Rororo buscase su propia comida en este lugar, pero se contuvo en dar la orden ante la posibilidad de perturbar los campos de caza de la tribu Ojo Rojo.

Luego de acariciar cada una de las cabezas de Rororo varias veces, Zaryusu se marchó solo y procedió hacia adelante.

Si traía a Rororo consigo, la otra parte podría sentir aprehensión hacia la hidra y mostrarse reacios a salir. Zaryusu estaba aquí para formar una alianza, y no deseaba parecer arrogante.

Avanzó mientras hacía sonidos de chapoteo con el agua.

En la esquina de sus ojos, Zaryusu pudo ver varios guerreros de la tribu Ojo Rojo caminando en fila alrededor del perímetro interior de los pinchos. Sus equipos eran exactamente iguales a los de la tribu Garra Verde, sin usar armadura y sosteniendo lanzas hechas de hueso afilado unidos a la punta de un bastón de madera. También, había algunos sosteniendo sogas usadas para hondas de rocas, pero ya que no llevaban rocas, debería indicar que no tenían la intención de atacar inmediatamente.

Zaryusu trató tanto como le era posible de evitar provocar a la otra parte, así que se acercó lentamente hasta que ambas partes llegaron ante la entrada. Dirigió su mirada hacia los vigilantes hombres lagarto y levantó la voz.

 “Soy Zaryusu Shasha de la tribu Garra Verde. ¡Hay un asunto que deseo discutir con el Jefe de su Tribu!”

Luego de un tiempo, un venerable hombre lagarto sosteniendo un bastón apareció, cinco fornidos hombres lagarto lo seguían por detrás. El cuerpo completo del viejo hombre lagarto tenía marcas pintadas con pintura blanca.

(¿Es éste el Druida Anciano?)

Zaryusu mantuvo su postura autoritativa.

La persona ante él era un igual en términos de rango, por tanto él no podía mostrar debilidad. Incluso mientras el Druida Anciano observaba la marca en su pecho, Zaryusu no flaqueó.

“Zaryusu Shasha, de la tribu Garra Verde. He venido a discutir un asunto.”

“…Aunque no puedo decir que seas bienvenido, el líder de nuestra tribu está dispuesto a reunirse contigo. Por favor ven conmigo.”

Esta extraña retórica confundió a Zaryusu.

Lo que lo dejó perplejo era por qué el otro individuo no había sido llamado Jefe de la Tribu y también por qué ellos no le habían pedido mostrar el objeto que probaba su identidad. Sin embargo decir cualquier cosa en este momento molestaría a la otra parte, y eso podría significar problemas. Aunque sentía que algo no estaba bien, Zaryusu siguió en silencia detrás de la fila de hombres lagarto.

♦ ♦ ♦

Fue llevado a una cabaña hermosa.

Era incluso más grande que la de su hermano mayor. Las paredes estaban pintadas con un patrón extraño, dando prueba de la noble identidad del dueño de esta casa.

Lo que le preocupaba era que no había ventanas, sólo un agujero para la ventilación. Los hombres lagarto podían ver claramente en la oscuridad, pero esto no significaba que disfrutaran de ella.

Entonces ¿por qué alguien querría vivir en una cabaña tan oscura?

Zaryusu tenía muchas dudas pero no podía confiar en nadie en busca de respuestas.

Mirando detrás de él, el druida y los guerreros que lo habían llevado hasta allí, ya se habían marchado.

Cuando aquellos que lo habían traído le dijeron que se marchaban, él sintió que estaban siendo demasiado descuidados y casi quiso preguntar la razón por la que lo hacían.

Pero cuando Zaryusu oyó que éste era el deseo del líder, que actuaba como Feje Interino de la Tribu, su opinión de la persona esperando dentro de la cabaña se elevó.

Aunque le había prometido a su hermano que regresaría a salvo, Zaryusu ya estaba preparado para la posibilidad de que no pudiera ser capaz de cumplir esa promesa. Como tal, verse rodeado de guardias armados para presionarlo hubiera sido ineficaz. De hecho, sólo hubiera sentido decepción por el hecho de que esto era todo lo que podían reunir.

Sin embargo, si la otra parte ya intuía estos pensamientos y mostraba generosidad de todas formas…

(Posiblemente sea un hábil negociador, un oponente difícil…)

Ignorando las miradas furtivas en la distancia, Zaryusu se dirigió de frente a la puerta y anunció en voz alta:

“Soy Zaryusu Shasha de la tribu Garra Verde, y he venido aquí a reunirme con el Jefe de la Tribu.”

Una pequeña voz desde dentro respondió a la vez, la voz de una hembra. Le dio permiso de entrar.

Zaryusu abrió la puerta sin dudarlo.

El interior era oscuro como había imaginado.

Debido a la diferencia en la intensidad de la luz, incluso si tenía capacidad para la visión nocturna, Zaryusu no pudo evitar parpadear unas cuantas veces.

El aire dentro olía a algo parecido a medicina, mezclado con el aroma de hierbas que le irritaban la nariz. Zaryusu se había imaginado a una mujer lagarto anciana, pero esto fue negado por la realidad.

“Bienvenido.”

“Una voz habló desde la oscuridad. Él había tomado por error a aquella voz detrás de la puerta como si perteneciera a una anciana. Pero oyéndola de cerca, contenía la energía de la juventud.”

Finalmente habiéndose acostumbrado al cambio de la luz, una mujer lagarto apareció ante sus ojos.

Blanco.

Esa fue la primera impresión de Zaryusu.

Escamas de color blanco, de una pureza inmaculada. Ojos rojos brillantes y redondos como rubíes, y delgadas extremidades que no pertenecían a un macho, sino a una hembra.

Su cuerpo entero estaba cubierto de patrones rojos y negros, significando que era adulta, capaz de usar una variedad de hechizos mágicos y que… no estaba casada.

Zaryusu había sido una vez acuchillado por una lanza en el pasado.

En ese momento, Zaryusu sintió su cuerpo arder ferozmente como si hubiera sido atravesado por una estaca de hierro y del mismo modo su corazón también acompaño a esto latiendo rápidamente, ambos combinándose para producir una sensación de dolor que recorrería todo su cuerpo.

No había dolor, sin embargo…

Zaryusu quedó sin palabras mientras permanecía de pie sin moverse.

Habiendo interpretado su silencio a su propia manera, ella simplemente mostró una sonrisa de auto-desprecio.

“Parece que soy una visión extraña incluso para el portador de uno de los cuatro tesoros, Frost Pain.”

Los albinos en la naturaleza eran sumamente raros, particularmente porque destacaban demasiado, lo que hacía que les fuera difícil sobrevivir.

Esto era similar incluso para los algo civilizados hombres lagarto. Los albinos eran débiles a la luz del sol y con una visión deficiente. Los hombres lagarto no habían alcanzado un nivel de civilización en el que individuos así de débiles pudieran sobrevivir. Por tanto era extremadamente raro encontrar a un albino adulto. Incluso había casos en los que los mataban apenas nacían.

Era afortunado incluso que los albinos fueran vistos como detestables por los hombres lagarto ordinarios, ya que habían algunos que los veían como si fueran algún tipo de monstruo, esa era la razón detrás de la actitud de burla hacia sí misma.

Sin embargo Zaryusu no era así.

“… ¿Qué sucede?”

La mujer lagarto le pregunto sorprendida a Zaryusu que se encontraba inmóvil, de pie junto a la puerta. Sin responder a la pregunta, Zaryusu dejó escapar un grito trémolo.

Oyendo este sonido, la mujer lagarto abrió los ojos y la boca sorprendida, confundida y avergonzada.

Ese sonido no era otro que un grito de cortejo.

Zaryusu recobró sus sentidos y se dio cuenta de lo que había hecho. Y del mismo modo que las orejas de un humano se hubieran tornado rojas, su cola se sacudió repetidamente con inquietud.

“Ah, no, fue un error, espera no fue un error, no es, esto no es lo que yo…”

Los frenéticos movimientos de Zaryusu provocaron que la mujer lagarto se calmara, y le sonriera, lo que dejó confundido a Zaryusu.

“Por favor cálmate. Es preocupante si te mueves tan violentamente.”

“Ah! Lo siento.”

Zaryusu agachó la cabeza, se disculpó y luego ingresó a la habitación. Al mismo tiempo la cola de la hembra lentamente cayó al suelo como si ella finalmente se hubiera relajado. Sin embargo la punta misma de la cola seguía agitándose, indicando que no estaba del todo tranquila.

“Por favor acércate.”

“… Mi sincera gratitud.”

Entrando en la casa, Zaryusu vio que el área que ella le indicaba tenía un cojín tejido de alguna planta desconocida. Se sentó en él, y ella en el lado opuesto a él.

“Ésta es la primera vez que me encuentro ante usted, soy un viajero de la tribu Garra Verde, Zaryusu Shasha.”

“Gracias por tu cortesía. Soy la Jefa Interina de la Tribu, Crusch Lulu.”

Luego de las presentaciones, los dos se observaron el uno al otro como para adivinar las intenciones del otro.

La cabaña se encontraba temporalmente sumergida en el silencio, pero no podían permitir que esto continuara. Zaryusu era un invitado, por tanto debía ser Crusch quien dijera la primera palabra.

“Primero, señor mensajero, creo que no hay necesidad de que seamos tan formales. Me gustaría que hablemos libremente, así que por favor póngase cómodo.”

Aceptando la propuesta de habar sin reserva, Zaryusu asintió.

“Realmente estoy agradecido por eso, ya que no estoy acostumbrado a hablar en un tono tan serio y formal.”

 “Entonces, ¿te importaría compartir el motivo de tu visita?”

Aunque ella se lo había preguntado, Crusch ya tenía una idea aproximada.

El misterioso no-muerto que había aparecido en el centro del pueblo. Magia que controlaba el clima, magia de 4to nivel 「Controlar Nube」. Y ahora el hombre lagarto de una tribu diferente, uno al que podría llamársele incluso héroe.

Debido a estas cosas, sólo podía haber una respuesta. Mientras Crusch reflexionaba sobre como ocuparse de la respuesta de Zaryusu ---sintió todas sus expectativas desmoronarse.

“… Por favor cásate conmigo.”

…...

…...?

……?!

“...!¿Ah?!”

Por un instante, Crusch dudó de sus oídos.

“En realidad, este no era mi propósito original al venir aquí. Entiendo completamente que esto debería esperar hasta haber completado mi objetivo. Pero no puedo mentirle a mi corazón. Tal vez te rías ante este tonto macho.”

“A...a...ah... ah.”

Estas eran palabras que ella nunca había oído desde el momento de su nacimiento, y que no deberían tener importancia para ella. Sus pensamientos se habían despedazado en una tormenta turbulenta, esparciéndose por todo el lugar por lo cual ella no podía organizarlos.

Hacia una Crusch totalmente nerviosa, Zaryusu reveló una sonrisa forzada y continuó hablando:

“Me disculpo, no sé qué decir, nos encontramos enfrentando una contingencia. Tu respuesta puede esperar hasta que esto haya terminado.”

“Uh, a...a.”

Finalmente habiendo sido capaz de recomponer su psique y exitosamente reanudar sus pensamientos, Crusch recobró la compostura. Sin embargo inmediatamente luego de recordar las palabras de Zaryusu de hace un momento atrás, sus pensamientos nuevamente cayeron en el caos.

Crusch trató de mirar secretamente la cara del macho frente a ella. Tenía una expresión extremadamente tranquila.

(Decirme algo como eso y permanecer tan calmado… ¿ ¡Tal vez se lo propone frecuentemente a otras personas!? ¿O tal vez ya está acostumbrado a esto al haber recibido propuestas con tanta frecuencia? ... Aunque ciertamente es muy galante... Ah, ¿ ¡en qué estoy pensando!? Esto es parte de su plan, debe de serlo, con la intención de controlarme, proponerme matrimonio y proclamar su amor. P-p-proponerse a alguien como yo...)

Ella que nunca había experimentado ser tratada como una hembra, no podía mantener la calma y no se dio cuenta de que la punta de la cola de Zaryusu se encontraba temblando ligeramente. El hombre frente a ella también estaba usando su fuerza de voluntad para evitar que sus emociones se revelaran.

Era por ello que hubo un periodo de silencio. Ambos individuos requerían este periodo para calmar su euforia.

Casi diez minutos después, pareció posible retomar finalmente el asunto original.

Crusch pretendía preguntarle a Zaryusu nuevamente la razón de su visita, pero recordando las palabras de antes.

(… ¡Simplemente cómo pudiste haber dicho eso!)

Con un golpe, la cola de Crusch cayó sobre las tablas del suelo. El macho frente a ella se estremeció, casi como si lo hubiera golpeado a él.

Esta acción fue demasiado descortés, y Crusch entró en pánico por dentro.

Incluso si era sólo un viajero, la otra persona era también un representante de una tribu… y es más, no se trataba de un hombre lagarto ordinario, sino del héroe que blandía Frost Pain. Una descortesía contra una persona así seguramente no sería perdonada.

 (¡Pero esto es tu propia culpa! Lo que es más, ¡di algo!)

Zaryusu en realidad se encontraba reflexionando avergonzado por su imprudente acción, y había escogido permanecer en silencio. Sin embargo Crusch, que se encontraba preocupada con sus propias emociones, como si estuviera tratando de cubrir con una tapa un volcán activo, no se dio cuenta de esto en lo absoluto.

El silencio continuó, pero ya que no había solución a la situación actual, Crusch que se había percatado de esto decidió que lo mejor sería cambiar el tema.

“Ya que no temes mi cuerpo, tal vez no es de sorprender que seas un héroe.”

Hacia las hirientes palabras de Crusch, Zaryusu mostró una expresión de confusión que demostraba que no tenía idea de lo que ella le decía.

Crusch también se preguntó que era exactamente lo que había estado pensando ella misma.

“Quiero decir, que no tienes miedo de mi cuerpo albino.”

“… Es como la nieve blanca que cubre la cima de la cordillera de montañas.”

“...Eh?”

“… Un color hermoso.”

Por supuesto, ella nunca había oído esta frase en su vida.

(¡Q-Qué está diciendo este macho!)

La presión interna acumulándose dentro de Crusch llegó a un punto en el que ya no podía ser contenida, y la tapa que evitaba que escapara salió volando con esta sola frase.

Mientras Crusch se encontraba perdida en el caos de sus propios pensamientos, Zaryusu suavemente se estiró y acaricio las escamas de Crusch. Su brillante color era de una belleza reluciente… y en esas frías escamas su mano se movió hacia abajo como el agua en el flujo de un río.

Hiss! Era un ruido de advertencia, pero algo más estaba mezclado en su aliento.

Le dio a ambos la oportunidad de recobrar algo de su compostura perdida.

Los dos se dieron cuenta de lo que acababa de pasar y lo que él acababa de hacer inconscientemente. Sus cuerpos enteros temblaron. ¿Por qué hice eso? ¿Por qué se lo permití? La duda se convirtió en ansiedad, y la ansiedad llevó a la confusión.

Como resultado, las dos colas golpearon el suelo violentamente, lo suficiente como para hacer temblar la cabaña.

Entonces ambos se miraron el uno al otro, y confirmaron el estado de sus colas. Como si el tiempo se hubiese detenido, ambas colas dejaron de moverse.

“……”

“……”

La atmósfera era pesada, o tal vez sería mejor describirla como nerviosismo. El silencio cayó sobre los dos individuos, y lo siguiente fueron las miradas que robaban secretamente el uno al otro. Finalmente, logrando poner sus pensamientos en orden, Crusch le preguntó con una fría mirada, determinada a detectar cualquier mentira en sus palabras.

“… ¿Por qué tú… tan de repente…?”

Aunque Crusch tenía problemas en expresar sus pensamientos en palabras, Zaryusu pareció haber entendido y respondió honestamente y sin dudarlo.

“Fue amor a primera vista. Además, esta guerra podría resultar en nuestra muerte, y no deseo dejar ningún remordimiento atrás.”

Esta honestidad en sus palabras que no escondían ninguna de sus emociones hizo que Crusch perdiera el habla momentáneamente. Sin embargo había una parte de lo que había dicho con la que ella no se podía relacionar.

“… ¿Incluso el portador de la famosa Frost Pain está preparado para morir en batalla?”

“Correcto. El oponente es un enemigo incompresible, uno al que no podemos tomar a la ligera… ¿Has visto al monstruo que actuó de mensajero? El que vino a nuestro pueblo tenía esta apariencia.”

Crusch aceptó la ilustración que Zaryusu le entregó, y asintió luego de un rápido vistazo.

“Sí. Era exactamente el mismo monstruo.”

 “¿Sabes qué tipo de monstruo era?”

“No. Incluyéndome, nadie en el pueblo tiene ninguna idea.”

“Entonces es así… en realidad ya me he topado con este tipo de monstruo una vez antes…” ---Zaryusu habló hasta este punto y se detuvo a observar la reacción de Crusch mientras continuaba --- “… y huí.”

“—Eh?”

“Era imposible de derrotar. No, para ponerlo amablemente, había una oportunidad de morir del cincuenta por ciento.”

Crusch entonces entendió que tan horrible era ese no-muerto, y suspiró aliviada porque la decisión que había tomado de detener a los guerreros en ese entonces había sido la decisión correcta.

“Puede emitir un grito que provoca confusión mental. No sólo eso, tiene un cuerpo etéreo y por tanto es casi completamente inmune a los ataques con armas que no tengan encantamientos mágicos. Usar nuestros números no funcionará. ”

“Entre la magia que los druidas pueden usar, hay un tipo de magia que puede imbuir magia temporalmente en las espadas…”

“… ¿Son capaces de defenderse contra ataques mentales?”

"Es posible fortalecer la resistencia pero la protección del estado mental de todos sería demasiado y nuestra fuerza sería insuficiente."

“Entonces es así… ¿son todos los druidas capaces de usar magia?”

“Si se trata de fortalecer la resistencia, casi todos los druidas son capaces de ello. Pero soy la única en esta tribu que puede proteger la mente de la confusión.”

Crusch se dio cuenta de que la respiración de Zaryusu había cambiado ligeramente. Parecía que él ya se había dado cuenta de que la posición de Crusch no era solamente un titulo vacío.

Correcto. La mujer lagarto Crusch Lulu era una druida extremadamente hábil. Tal vez incluso por encima de alguno de los otros Druidas Ancianos entre los hombres lagarto.

“… ¿Cuál fue el número otorgado a la tribu Ojo Rojo para el ataque?”

“El oponente dijo que éramos los cuartos.”

“Ya veo… entonces, ¿cuáles son tus planes?”

Pasó el tiempo.

Crusch se encontraba meditando si sería beneficioso revelar sus planes. La tribu Garra Verde con seguridad escogería ir a la guerra, y el objetivo de Zaryusu al venir aquí debía ser para formar una alianza y solicitar ir juntos a la batalla. Con esto en mente, ¿Qué debería hacerse para el mejor beneficio de la tribu Ojo Rojo?

La tribu Ojo Rojo originalmente no tenía la intención de formar una alianza. Su opinión había sido buscar refugio. Ir a la guerra contra gente que podía usar magia de 4to nivel era una idea increíblemente tonta. Es más, sabiendo que los no-muertos enviados por su oponente poseían habilidades tan terribles hacia incluso más obvio que no podía haber otra conclusión.

Sin embargo, ¿sería lo mejor revelar con honestidad tales pensamientos?

Hacia Crusch que se encontraba atrapada en sus pensamientos, Zaryusu entrecerró los ojos, y abrió la boca para hablar:

“Déjame decirte lo que en verdad pienso.”

Sin tener la menor idea de lo que iba a decir, Crusch lo miró fijamente sin parpadear.

“Lo que me preocupa es lo qué pasará luego de buscar refugio.”

Ante Crusch, que no era capaz de entender el significado de esta oración, Zaryusu continuó con tranquilidad.

“¿Crees que serán capaces de mantener el mismo estilo de vida luego de escapar de un ambiente familiar en el cual estaban habituados a vivir?”

“Imposible… no, debería ser en realidad difícil.”

Si ellos fueran a dejar este lugar y establecerse en un nuevo hábitat, tendrían que luchar apostando sus vidas ---tendrían que ganar la luchar por la supervivencia. La realidad era que los hombres lagarto no eran los únicos ocupantes de este lago, y habían logrado obtener este pedazo de los humedales luego de muchos y cansados años de luchas. Para este tipo de especie, no le era posible ubicarse fácilmente en un nuevo hábitat en un medio ambiente desconocido.

“También hay más que suficientes posibilidades de que escaseé el alimento.”

“Probablemente.”

Crusch, que no era capaz de entender lo que el hombre lagarto frente a ella le decía, respondió con una voz afilada y llena de sospecha.

“Entonces, si las cinco tribus buscaran refugio al mismo tiempo, ¿qué crees que pasará?”

“¡Eso…!”

Crusch quedó en silencio, porque ya había descubierto el verdadero significado detrás de las palabras de Zaryusu.

Aunque el tamaño del lago era bastante amplio, cuando una tribu eligiera un área determinada para servir como un lugar de refugio, esa área debía de ser también el lugar que otras tribus querrían obtener. Por lo tanto, simplemente mudarse a un nuevo lugar podría desencadenar una nueva lucha por la supervivencia, y en las inmediaciones también tendrían oponentes que lucharían por los peces como la principal fuente de alimento. De este modo, ¿qué tipo de situación se desarrollaría? Al final no había ninguna garantía de que se produciría el resultado más temido, que era una guerra justo como la que hubo en el pasado.

“No me digas que… la razón por la quieres luchar incluso aunque no podamos ganar…”

“… Es correcto. Con las otras tribus combinadas, estoy considerando cuantas bocas menos podemos alimentar.”

 “¡Para algo como eso!”

Ese era el porqué él quería formar un ejército. Para que incluso si perdieran la batalla, hubiera menos hombres lagarto que alimentar.

En una lucha por la sobrevivencia, sería algo extremo pero entendible el pensar que todos a excepción de los guerreros capaces de luchar, los cazadores y los druidas eran prescindibles. No, en el largo plazo tal vez era mejor si el resto simplemente moría.

Menos bocas que alimentar significaban menos requerimientos de comida para sobrevivir. En ese caso, incluso sería posible coexistir.

Crusch frenéticamente intentó pensar en razones para rechazar esta idea.

“Ni siguiera sabes que tan peligrosos serán los nuevos lugares, y sin embargo ¿quieres empezar por reducir nuestros números?”

“Entonces déjame preguntarte esto. Digamos que ganamos fácilmente la batalla por la sobrevivencia, ¿entonces qué? Si los peces escasean, ¿las cinco tribus lucharán entre ellas nuevamente?”

“¡Tal vez podamos atrapar más peces!”

 “¿Y si no podemos?”

Ella no podía responder frente al frío bombardeo de preguntas de Zaryusu.

Zaryusu actuaba con lo que debía ser lo más cercano al peor escenario en mente, pero Crusch tenía ilusiones optimistas como premisa. Si se presentaba una situación desfavorable, las decisiones de ella los llevarían al desastre, mientras que las de Zaryusu no.

E incluso si fueran derrotados y el número de hombres lagarto disminuyera, ellos habrían tenido una muerte gloriosa en batalla.

“… Si te rehúsas, tendremos que atacar a Ojo Rojo primero.”

El tono oscuro de su voz provocó que Crusch se estremeciera.

Era una declaración de que ellos no permitirían que sólo Ojo Rojo huyera a nuevas tierras con sus miembros intactos.

Esa era la decisión correcta y razonable.

Si una tribu con miembros reducidos huyera y se refugiara en el mismo lugar que Ojo Rojo, con su fuerza total intacta, lo único que les esperaría sería la ruina. Considerando el peligro, la única medida sería un ataque preventivo. Era una decisión obvia para alguien responsable de toda una tribu. Si ella se encontrara en esa posición, también habría tomado la misma decisión.

“Incluso si perdemos la guerra, creo que una alianza reduciría la posibilidad de que haya derramamiento de sangre entre nuestras tribus en el nuevo hábitat.”

Crusch, incapaz de entender lo que decía, mostró una honesta expresión de confusión en su rostro. Zaryusu explicó lo que quería decir para que sus intenciones reales fueran claras.

“Impondría un sentimiento de camaradería. En lugar de ser tribus diferentes, podremos ser capaces de reconocernos los unos a los otros como aliados que lucharon juntos.”

Eso era cierto.

Crusch repitió las palabras de Zaryusu.

Lo que decía era que era posible que las tribus que hubieran derramado sangre juntas no fueran tan rápidas en luchar entre ellas si la comida escaseaba. Pero las propias ideas y la experiencia pasada de Crusch provocaron que sintiera dudas. Con la cara ligeramente agachada, al mismo tiempo en que iba caer en una profunda reflexión, Zaryusu le hizo una pregunta.

“Por cierto, ¿cómo fue que Ojo Rojó sobrevivió en ese periodo?”

Sintió como si hubiera sido apuñalada por una aguja Antes de darse cuenta, Crusch dio un salto. Viendo su cara de frente, ella pudo ver la sorpresa en el rostro de Zaryusu.

(Ah, preguntó porque realmente no lo sabía.)

Aunque ella lo conocía por poco tiempo, Crusch había percibido la base de la personalidad del macho llamado Zaryusu. Ella intuitivamente se dio cuenta que no era una pregunta hecha para amenazar a su tribu.

Crusch entrecerró los ojos y observó fijamente a Zaryusu. Su mirada era tan afilada que parecía que perforaría un agujero a través de él. Incapaz de entender la razón de esa mirada, ella vio lo indefenso que le hacía sentir. Pero incluso así, Crusch no pudo controlarse.

“--- ¿Hay alguna razón por la que tenga que decírtelo?”

Escupió sus palabras, con un tono lleno de odio. El cambio en Crusch hizo que él dudara de si estaba hablando con la misma persona.

Pero Zaryusu no podía echarse para atrás. Tal vez contenía la respuesta que permitiría la supervivencia de todos.

“Me gustaría oírlo. ¿Fue algún poder de los druidas? ¿O hubo otro método? En ello podría estar nuestra salvación…”

Zaryusu se detuvo allí y cerró la boca.

Si la respuesta realmente se encontraba allí, no había forma de que Crusch se viera tan dolida como lo hacía ahora.

Como si pudiera leer su mente, Crusch resopló como burlándose de todo, incluso de sí misma.

“Tienes razón. No es ninguna salvación.”

Luego de una pausa, mostró una sonrisa cansada y continuó.

“Lo que hicimos fue una guerra fratricida ---nos comimos a nuestros muertos.”

Zaryusu fue incapaz de abrir la boca debido a la conmoción que se apoderó de él. Matar a los débiles ---reduciendo el número de bocas que alimentar--- no era un tabú. Pero comerse a sus muertos era un acto repugnante y un tabú entre tabúes.

(¿Por qué me cuenta esto voluntariamente? Esto es algo que debería llevarse a la tumba. ¿Por qué se lo revelaría a un extranjero, a un enviado? ¿Acaso pretende no permitir que me marche con vida? No, éste no es ese tipo de atmósfera.)

Crusch misma no podía entender porque se lo había contado.

Ella sabía bien que tanto desprecio hacia ellos generaría esto en las otras tribus. Entonces ¿por qué?---

Su boca se movió suavemente, como si no fuera suya.

“Ese día, cuando una tribu diferente comenzó la guerra, nuestra tribu también enfrentaba una seria escasez de alimentos y nos encontrábamos en una situación peligrosa. Pero la razón por la que nuestra tribu no participó de la guerra fue debido a que estábamos compuestos de muchos druidas y pocos guerreros. Además nuestros druidas eran capaces de crear comida a través de la magia.”

La boca de Crusch no mostraba signos de detenerse, como si estuviera siendo controlada por una conciencia diferente.

“Pero la comida que nuestros druidas creaban no era suficiente si fueras a compararla con el tamaño completo de la tribu. La única opción que nos quedaba era un camino gradual hacia nuestra destrucción. Entonces un día, nuestro Jefe de Tribu trajo comida. Carne de un rojo brillante.”

(---Tal vez quise que oyera… mi pecado.)

Crusch apretó los dientes con fuerza. El macho frente a ella oía en silencio. Incluso si estaba disgustado, lo ocultaba y escuchaba.

Por ello, Crusch estaba agradecida.

“Todos sabíamos vagamente de qué tipo de carne se trataba. En ese momento, hicimos leyes más estrictas y cualquiera que las rompiera era desterrado. Las únicas veces que el Jefe de la Tribu traía de vuelta la carne era después de que alguien había sido desterrado. Incluso así, todos cerramos los ojos y cominos para sobrevivir. Pero algo como eso no podía durar mucho más tiempo. Los agravios se acumularon y de pronto un día todo estalló y tomó la forma de una revuelta.”

Con los ojos cerrados, recordó a su jefe.

“Comimos… lo sabíamos y aún así comimos. Eso nos convierte en cómplices y sin embargo… recordándolo ahora, es ridículo.”

Crusch terminó una plegaria silenciosa y miró de frente a la cara de Zaryusu. Miraba sus silenciosos ojos y vio que no albergaban ningún disgusto. Se sintió sorprendida por la alegría que surgió de algún lugar en su corazón.

¿Por qué se sentía feliz?

Crusch también, vagamente sabía la respuesta a esa pregunta.

“… Mírame. Cada cierto tiempo, alguien como yo nace en la tribu Ojo Rojo. Desde tiempos antiguos, ellos muestran cierto talento. En mi caso fue el poder de un druida. Esto conlleva a que tengamos una autoridad que casi rivaliza con la del Jefe de la Tribu… Yo estaba al centro de la rebelión que partió en dos la tribu. Ganamos porque teníamos mayores números.”

“¿Y al final, la comida se dividió uniformemente entre los que quedaron?”

“Sí… como resultado nuestra tribu logro sobrevivir. Durante la rebelión ---en ese tiempo, el Jefe de la Tribu nunca se rindió. Murió cubierto de incontables heridas. Y cuando recibió el golpe final, me sonrió.”

Como si estuviera arrojado sangre, Crusch continuó hablando.

Era el pus que lentamente se había acumulado en su corazón, desde que había matado al Jefe de la Tribu.

El pus que nunca podría revelar a los miembros de la tribu que confiaron en ella y lucharon contra su jefe, Crusch era apenas capaz de confesárselo a la persona llamada Zaryusu. Era por ello que sus palabras no se habían detenido, como agua vaciándose de un recipiente.

“Esos no eran los ojos de alguien mirando a su asesino. No había odio, envidia, hostilidad, maldiciones, nada de eso. ¡Era una sonrisa tan bella! El jefe siempre actuó enfrentando la realidad directamente y nosotros… nosotros actuamos basados en nuestros ideales y hostilidad. ¡Tal vez era él el que tenía la razón! Eso es algo en lo que siempre pienso. Debido a que el jefe murió ---el que era considerado el origen de toda la maldad--- nuestra tribu fue capaz de unirse una vez más. Y lo que es más, ya que nuestros números se habían reducido, ¡incluso obtuvimos el regalo de ya no tener problemas con la comida!”

Este era su límite.

Como Jefe Interino de la Tribu, como la que cargó con el pecado, desesperadamente soportándolo todo, la fuerza de su colapso fue tan grande como su lucha. El desbordante torrente lodoso se tragó todo. Sus pensamientos que habían sido partidos en pedazos, eran imposibles de expresar sólo con palabras.

Sollozos leves podían oírse en un sonido como un arrullo, aunque sus lágrimas no cayeron debido a su estructura biológica, interiormente, estaba llorando.

Era un cuerpo pequeño.

Era un hecho que en la naturaleza, la debilidad era un pecado. Por supuesto, los niños estaban protegidos contra esto, pero ambos, hombres y mujeres lagarto enfatizaban la fuerza como una virtud. En este punto, la hembra frente a él sólo podía ser vista como un objeto de burla. Siendo alguien que existía para mantener unida a la tribu, ¿cómo podía ella mostrar tal debilidad frente a un extraño, uno de una tribu diferente?

Sin embargo, lo que Zaryusu sentía en su corazón era una emoción completamente diferente.

Podía deberse a que era una hermosa hembra. Pero por mucho que lo pensara, él creía que la persona frente a él era un guerrero. Herido, gimiendo, atormentado, pero aun tratando de caminar hacia adelante. Lo que pensó fue que un guerrero de tal calibre sólo mostraba momentáneamente un momento de debilidad.

Alguien que trataba de ponerse de pie y caminar hacia adelante, no era una persona débil.

Zaryusu se acercó y suavemente abrasó los hombros de Crusch.

“--- No somos ni omniscientes ni omnipotentes. Sólo podemos escoger actuar en el momento. Tal vez yo también habría actuado de manera similar si hubiera estado en la misma posición. Pero no deseo consolarte. ¿En qué lugar podría alguien encontrar una respuesta completamente correcta?. Lo único que nos queda es caminar hacia adelante, con las plantas de nuestros pies soportando las incontables heridas de nuestros arrepentimientos y sufrimientos. Tu también, tu única opción es moverte hacia adelante. Esto es lo que yo creo. ”

Mientras las temperaturas de sus cuerpos se transferían al otro, aunque levemente, ellos pudieron sentir el latir de sus corazones a través de sus cuerpos. Y se vieron atrapados bajo la ilusión de los dos corazones igualando su ritmo y lentamente volviéndose uno.

Era una sensación misteriosa.

Zaryusu sintió un calor que nunca antes había experimentado desde el día en que había nacido. No era debido a que estuviera abrazando a una mujer lagarto.

 (¿Es debido a que estoy sosteniendo esta hembra, Crusch Lulu?)

Luego de un tiempo, Crusch se separó del cuerpo de Zaryusu.

El calor dejándolo fue lamentable, pero no podía mencionarlo por la vergüenza.

“Te he mostrado algo vergonzoso… ¿me desprecias?”

“¿Simplemente que parte de ello fue vergonzoso? ¿Y me vez como el tipo de macho tonto que despreciaría a alguien que se ha levantado y caminado hacia adelante a través del dolor y el sufrimiento? Eres hermosa.”

“——!——!!"

Una cola blanca golpeaba repetidamente el suelo.

“¿Qué debería hacer?”

No fue capaz de preguntarle a Crusch que significaban sus murmullos, Zaryusu preguntó algo diferente.

"De todas formas, la tribu de ojos rojos ¿no cultiva peces?"

"¿Cultivar?"

“Sí, criar a los peces que se convertirán en comida.”

“No lo hacemos. Los peces son una bendición natural, después de todo.”

El cultivo del que Zaryusu hablaba era una técnica que no le era conocida a ninguna de las tribus de hombres lagarto. La idea de que podían criar su presa con sus propias manos era una idea fundamentalmente diferente de su forma de pensar.

“Esa parece ser la forma de pensar de un druida. ¿No podrías asumir ese compromiso? Criar a los peces con el solo propósito de comerlos. Los druidas de mi propia tribu estuvieron de acuerdo.”

Crusch asintió con la cabeza.

“Entonces les enseñaré como cultivar peces. La parte importante es lo que les das de comer. Puedes darles las frutas creadas con la magia de los druidas. Eso incrementará grandemente su crecimiento.”

“¿Es realmente correcto que compartas eso?”

 “Por supuesto. No tiene sentido que lo mantenga oculto. Es más importante que muchas tribus sobrevivan usando este método.”

Crusch agachó profundamente la cabeza y levantó la cola en alto.

“Gracias.”

“Tu gratitud… no es necesaria. A cambio, deseo preguntártelo de nuevo.”

La gratitud desapareció de la cara de Crusch. Viendo su comportamiento, Zaryusu calmó su corazón.

La pregunta que de ningún modo podía ser evitada. Ambos, Zaryusu y Crusch inhalaron al mismo tiempo.

Y él preguntó.

“¿Cuál será el curso de acciones de la tribu Ojo Rojo concerniente a la inminente guerra?”

“… Del consenso de la reunión de ayer, huiremos.”

“Entonces se lo preguntaré a Crusch Lulu, la Jefe Interina de la Tribu. ¿La decisión permanece sin cambios, incluso ahora?”

Crusch no respondió.

Su respuesta determinaría el destino de la tribu Ojo Rojo. Era obvio que tendría dudas.

Sin embargo, no había nada que Zaryusu pudiera hacer aquí. Todo lo que podía hacer era sonreír amargamente.

“… Es tu decisión. La razón por la que el anterior Jefe de la Tribu te sonrió fue probablemente debido a que estaba dejando el futuro de la tribu en tus manos. Entonces ahora es el momento de que lleves a cabo tu misión. Ya he dicho todo lo que había por decir. Todo lo que queda es que tomes una decisión.”

Los ojos de Crusch se precipitaron buscando alrededor del interior de la cabaña. No estaba buscando un escape, ni pidiendo ayuda, simplemente quería obtener la respuesta correcta desde dentro de sí misma.

Cualquier cosa que ella decidiera, Zaryusu lo aceptaría.

“Voy a preguntar como Jefe interino de la Tribu. ¿Cuántos refugiados planean evacuar?”

“Para los refugiados de cada una de las tribus estoy considerando diez guerreros, veinte cazadores, tres druidas, setenta machos, cien hembras, y unos cuantos niños.”

“… ¿Y el resto?”

“---Dependiendo de la situación, morirán.”

Crusch observaba el espacio sin palabras, entonces de pronto murmuró.

“--- Ya veo.”

“Entonces dime tu decisión, Jefe Interino de la Tribu Ojo Rojo, Crusch Lulu.”

A Crusch se le ocurrieron incontables ideas.

Por supuesto, matar a Zaryusu era una de las posibles alternativas. Ella personalmente no quería matarlo. Pero como Jefe interino era diferente. ¿Qué sucedería si toda la tribu huía luego de matarlo?

Ella descartó esa idea. Era una apuesta demasiado peligrosa. Y también, no había garantía de que él realmente hubiera venido solo.

Entonces qué tal si se comprometía con él antes de huir.

Esto también podría convertirse en un problema. Si las cosas no iban bien, podría desencadenar una guerra entre ellos y la tribu Ojo Rojo. Y se convertirían en el objetivo de un ataque para reducir sus números. Las intenciones de la otra parte eran la reducción de la población, no importaba quien era el objetivo.

Al final, si él obtenía un no como respuesta, probablemente Zaryusu regresaría a su pueblo y lideraría un ejército de vuelta aquí para exterminar a la tribu Ojo Rojo.

Sin embargo, aunque no sabía si Zaryusu se había dado cuenta, había un agujero en su plan. Al final, el problema de la comida no podría ser resuelto.

Crusch sonrió de pronto. Desde el mismo comienzo no había escapatoria. Desde el momento en que Zaryusu había sugerido formar una alianza, desde ese entonces el plan de acción de la tribu Garra Verde ya había comenzado---

Sólo había un camino para la supervivencia de la tribu Ojo Rojo, y era formar una alianza con los otros y participar juntos en la guerra. Del mismo modo, Zaryusu debía de haber entendido esto.

Incluso así, él había esperado a que Crusch respondiera personalmente. Probablemente quería darse cuenta si Crusch, que estaba al mando de la tribu de hombres lagarto, estaba calificada para convertirse en una aliada.

Todo lo que quedaba era que ella diera a conocer la decisión que había tomado.

Excepto que, luego de decirlo, definitivamente habrían muchos individuos que perderían sus vidas. Sin embargo---

“Déjame primero dejarte algo en claro. No vamos a la guerra con el objetivo de sacrificar vidas, sino a obtener la victoria. Tal vez he dicho cosas que te hayan hecho sentir intranquila. Sin embargo, queremos ser los que queden de pie y reír victoriosamente. Por favor no te equivoques en este punto.”

Crusch asintió para expresar su entendimiento.

Este hombre lagarto era realmente amable. Con tales pensamientos, Crusch dio a conocer su decisión.

“… Nosotros, la tribu Ojo Rojo, cooperaremos con ustedes, porque no deseo ver que la sonrisa del jefe de nuestra tribu se convierta en algo sin sentido, y también porque le otorgará una oportunidad de supervivencia a todos en la tribu Ojo Rojo.”

Crusch agachó la cabeza en una profunda reverencia; con la cola recta y elevada.

“---Estoy extremadamente agradecido.”

Zaryusu asintió ligeramente. Esa cola elevada expresaba pensamientos complejos, más intensos que sus palabras.

♦ ♦ ♦

Temprano por la mañana.

Zaryusu estaba de pie frente a Rororo, mirando hacia la entrada principal de la tribu Ojo Rojo.

No pudo resistir abrir la boca y bostezar. La noche anterior había sido un espectador invitado a la conferencia de la tribu hasta tarde en la noche, por tanto se encontraba un poco fatigado. Sin embargo no quedaba mucho tiempo, y era necesario visitar a otra tribu ese día.

Zaryusu desesperadamente luchaba contra su somnolencia, pero momentáneamente cayó ante ella y dio otro bostezo, esta vez fue incluso más grande que el primero.

Aunque estar sentado en Rororo no era lo suficientemente cómodo como para dormir, él sintió que ahora podría hacerlo.

Luego de dar un vistazo hacia el sol amarillo que acababa de salir, Zaryusu volvió la vista hacia atrás, hacia la entrada principal, y sintió algo de confusión. Esto se debía a una curiosa cosa que acababa de salir de la puerta principal.

Era un bulto de hierba.

Había malezas creciendo encima de una ropa que había sido tejida de muchos largos retazos de tela y pedazos de ropa. Si uno fuera a observarlo desde lejos en los humedales, se vería como un bulto de malezas.

(Ah, creo haber visto un monstruo similar en algún lugar antes---)

Zaryusu estaba recordando algo que había visto durante uno de sus viajes como Viajero cuando Rororo dejó escapar un rugido de advertencia detrás de él.

Por supuesto Zaryusu entendía quién era en realidad aquel bulto de hierba, y era imposible que estuviera equivocado porque la cola blanca era ligeramente visible.

Mientras miraba sin ninguna expresión a aquella cola moviéndose emocionadamente y al mismo tiempo que calmaba a Rororo, el bulto de hierbas ya había llegado a su lado.

“--- Buenos días.”

“Oh, buenos días… parece que lograste unificar a la tribu entera sin ningún problema.”

Él volvió su mirada hacia las residencias de la tribu Ojo Rojo. Desde temprano en la mañana, el área de reuniones había estado palpitando de emociones asesinas. Muchos hombres lagarto se encontraban corriendo apresuradamente de un lado al otro. Crusch también se mantuvo de pie a un lado mirando en la misma dirección y respondió:

“Sí, no ha habido problemas. Hoy debería ser capaz de llegar al asentamiento de la tribu Cola de Navaja, y también evacuar a aquellos que ya han terminado de empacar.”

Los druidas dentro del pueblo habían usado su magia para obtener información de la situación. La tribu Cola de Navaja había sido escogida como la primera tribu para ser exterminada. La primera tribu que sería exterminada no era la tribu Colmillo de Dragón, por tanto esto era más ventajoso en términos de tiempo.

“Entonces Crusch, ¿qué quieres al venir aquí?”

“La respuesta es muy simple, Zaryusu, pero antes de darte mi respuesta, primero dime una cosa. ¿Cuáles son tus planes?”

Luego de la reunión de ayer que había tomado lugar desde la noche hasta temprano en la mañana, los dos individuos no sentían reservas e incluso se llamaban usando los nombres de cada uno. La razón era porque se habían vuelto suficientemente cercanos como para que la forma en la que se hablaban el uno al otro hubiera cambiado.

“Lo siguiente que planeo es visitar a otra tribu… a Colmillo de Dragón.”

“Esa es la tribu para la que la fuerza significa todo ¿verdad? He oído que su fuerza de lucha es la más elevada de entre todas las tribus.”

“Ah, tienes razón. Ya que la otra parte es una tribu con la cual nunca nos hemos comunicado antes, debemos prepararnos mentalmente.”

Toda la información sobre la otra parte estaba cubierta de un velo de misterio. Por tanto el solo hecho de dirigirse a su pueblo era un asunto peligroso. Es más, ellos habían absorbido a los sobrevivientes de las dos tribus exterminadas en la guerra pasada. Este hecho elevaba el peligro que se avecinaba.

Para los que habían sido derrotados de esas dos tribus, Zaryusu, quien había jugado un papel activo en la guerra anterior, era un enemigo absolutamente odiado, detestado hasta los mismos huesos.

Incluso así, ellos eran a los que más necesitaban de entre todas las otras tribus para esta guerra.

“Si eso es así… entonces, sería mejor que vaya contigo.”

“--- ¿Qué?”

“¿Es tan extraño?”

El montón de hierba hizo un pequeño movimiento y dejó escapar un leve ruido susurrante. Debido a que no podía ver su rostro, él no podía saber que era lo que intentaba decir.

“Mi intención no es decir que es extraño… pero será bastante peligroso.”

“¿Hay algún lugar que sea seguro en este momento?”

Zaryusu permaneció en silencio. Estaba pensando con calma, llevar a Crusch consigo sería beneficioso de muchas maneras. Sin embargo como un hombre lagarto macho, todavía sentía recelo de llevar a una hembra, por la cual tenía sentimientos, a un lugar que sabía era peligroso.

“--- Realmente no estoy lo suficientemente tranquilo.”

Aunque Crusch estaba oculta dentro de la hierba, y su expresión no debía haber podido ser vista, casi parecía sonreír ligeramente.

“… Entonces, déjame preguntarte otra cosa. ¿Qué hay con esa apariencia?”

“¿No se ve bien?”

La pregunta de si se veía bien o no era extraña. Sin embargo, ¿no sería mejor si le hiciera un pequeño cumplido? Zaryusu no sabía cómo responder, y luego de un momento de profunda reflexión, midió la expresión oculta de ella y respondió:

“… Yo diría que se ve bien… ¿cierto?”

“Cómo puede eso ser posible.”

Crusch rechazó esto firmemente. Zaryusu sintió que su fuerza era drenada, eso no podía evitarse.

“Es solamente debido a que soy débil contra el sol, por tanto cuando salgo al exterior, casi siempre me visto de esta manera.”

“Entonces ése es el porqué…”

“Ah, no me has dado tu respuesta. ¿Me dejarás viajar contigo?”

Seguir discutiendo sobre el asunto probablemente no le haría cambiar de opinión. Desde el punto de vista de formar una alianza, llevarla consigo sería ventajoso para obtener su objetivo. Ella también había pensado algo similar, esa era probablemente la razón por la que había hecho esta sugerencia. Habiendo dicho esto, no había razón para rechazar su compañía.

“… Entiendo, entonces por favor préstame tu ayuda, Crusch.”

Crusch estaba encantada desde lo profundo de su corazón mientras respondía:

“---Entendido, Zaryusu. Déjamelo a mí.”

“¿Ya estás preparada para partir?”

“Por supuesto. Mi mochila ya está llena con todas las cosas necesarias.”

Luego de oír esto, Zaryusu observó sutilmente la región de su espalda y descubrió que había una ligera protuberancia en la superficie de la hierba. Un olor a hierba fresca venía de ese lugar, y también una fragancia concentrada. Ella era una druida del bosque, por tanto debería de haber alguna habilidad relacionada a las hierbas, ése era el porqué la mochila debía de estar llena de objetos relacionados.

“Zaryusu, te ves muy cansado.”

“Ah, sí, lo estoy un poco. Los dos días anteriores han sido agitados, es por la falta de sueño.”

En ese momento, una mano de escamas blancas se estiró por debajo del disfraz de hierbas.

“Para ti. Esta es una fruta que recupera la fuerza. Cómela junto con la cáscara.”

La mano estirada sostenía una fruta purpura. Vacilante, Zaryusu la colocó en su boca y le dio un mordisco.

Su boca se lleno inmediatamente de un sabor intenso y amargo, llevándose consigo un poco de su cansancio. Ciertamente, para elevar el estado de alerta, este efecto era apenas satisfactorio, pero luego de masticarlo de forma continua, múltiples veces, de repente un chorro de sabor explotó desde la parte superior de su lengua. No sólo eso, sino que incluso el aire que exhalaba tenía el mismo sabor.

“Muu, ¿qué es esta sensación refrescante que incluso penetra la cavidad nasal?”

Zaryusu inconscientemente produjo el sonido usual que hacía su hermano. Viendo esta reacción, Crusch no pudo resistir reír.

“¿Sientes que tu somnolencia está desapareciendo lentamente? La verdad es que en realidad no ha desaparecido, por favor no te acostumbres demasiado a esa sensación. Es mejor que encuentres el tiempo para descansar.”

Zaryusu sintió que su mente estaba despejada y refrescada debido a que había inhalado y exhalado y debido a que su cuerpo entero estaba lleno de una sensación refrescante. Sintiéndose satisfecho, Zaryusu asintió y respondió:

“Entonces encontremos algún tiempo y tomemos una siesta rápida sobre Rororo.”

Habiendo dicho esto, Zaryusu subió inmediatamente a la espalda de Rororo, seguido de Crusch subiendo a la cima del mismo modo. La sensación desconocida de tener un montón de hierbas contra su cuerpo hizo que Rororo le diera una mirada de insatisfacción a Zaryusu, pero eventualmente pensó en un método para calmarlo.

“Entonces pongámonos en camino. Ya que el viaje será agitado, agárrate a mí.”

“Lo tengo.”

Crusch abrazó la cintura de Zaryusu ---la sensación espinosa de las hiervas le dieron a Zaryusu un poco de picazón.

“......”

La diferencia entre la sensación real y lo que se había imaginado que sería, hicieron que las esquinas de los labios de Zaryusu se doblaran hacia arriba.

“--- ¿Sucede algo?”

“No, nada. Rororo, partamos.”

¿Qué era lo que hacía que ella estuviera tan feliz? La risa extremadamente alegre de Crusch que vino desde atrás de él, hizo que Zaryusu irresistiblemente revelara una amplia sonrisa sobre la espalda de Rororo.

Parte 2

El recientemente dominado Bosque de Tob estaba sumergido en el silencio, todos los seres vivos contenían el aliento, temerosos de la mirada del rey.

Sólo este lugar era diferente.

Los sonidos de voces y de arboles siendo talados se esparcían en los alrededores.

Los golems aquí daban la impresión de ser maquinarias de construcción pesadas --- Maquinarias Pesadas de Hierro, se encontraban transportando unos troncos de madera hacia el área de construcción de un enorme edificio. A esta construcción todavía le faltaba bastante para estar completa, los cimientos eran enormes y sólo una pequeña parte había sido acabada.

Trabajando dentro de esta área se encontraban un grupo de golems y de no-muertos.

De entre los no-muertos que trabajaban aquí, la mayoría eran Liches Ancianos, que llevaban llamativos mantos de color rojo.

Sobre los hombros de cada uno se encontraban unos demonios de alrededor de treinta centímetros de altura, con largas alas de murciélago de de una piel de color rojiza como el cobre ---eran demonios conocidos como Imps. Los imps sostenían en alto sus colas venenosas para evitar que goteara veneno de ellas y estorbara a los liches ancianos.

Un lich anciano particularmente diligente, abrió los planes en sus manos, y dio órdenes a los golems.

Mirando a los golems que se habían detenido y obedecían sus órdenes, comparó el sitio de la construcción y los planos que tenía en las manos. Luego de una pequeña reflexión, habló con el imp sentado en su hombro.

Luego de oírle, el imp expresó su entendimiento, batió las alas y voló hacia el cielo.

Con un vuelo que no podría ser considerado elegante, el imp inspeccionó el área con los ojos bien abiertos. Poco después, el imp encontró su objetivo y rápidamente voló hacia abajo.

Se trataba de la Guardián de Sexto Piso de la Gran Tumba de Nazarick, Aura Bella Fiora, y también uno de los nuevos reyes de este bosque.

La joven Elfo Oscuro usaba un papel enrollado como si fuera un megáfono, permitiendo que su voz viajara lejos. El imp voló hacia abajo y quedó de pie en un saludo frente a ella. Entonces Aura le preguntó con un tono de voz familiar:

 “Bien~ ¿de qué grupo vienes?”

“Aura-sama, del grupo U, el tercero.”

“El grupo U, bien, bien, entendido. ¿Cuál es el problema?”

Los trabajadores habían sido divididos en grupos designados con letras, desde la ‘A’ a la ‘O’*. Cada grupo había sido enviado a un área diferente del bosque para realizar un trabajo distinto. Por lo que Aura recordaba, el trabajo del grupo U era la construcción del depósito de almacenamiento, cuyo progreso de construcción era el segundo más rápido.
(*En japonés las vocales son a, i, u, e, o)

“Hay problemas con el ancho de los troncos usados para la construcción, quisiéramos solicitar un poco más de ti--- ”

En ese momento, la voz del imp se detuvo de pronto, esto debido al sonido que vino de una pieza de hierro sujeta alrededor de la muñeca de Aura.

「¡Es hora de un descanso~!」

Oyendo la alegre voz femenina, el color de la cara de Aura cambió de pronto, sus orejas decayeron, y se mostró avergonzada.

“¡Sí, entendido, Bukubuku Chagama-sama!”

Aura respondió energéticamente a la voz que había venido de la placa de metal en su muñeca.

“Entonces, ya que es hora de comer, detendremos temporalmente el trabajo de esta mañana.”

De entre todos los monstruos trabajando en el área, casi ninguno necesitaba comer. Sobre ese asunto, Aura misma, que también se encontraba usando un Anillo de Sustento 「Ring of Sustenance」, no necesitaba ni comer ni dormir. Pero ya que su amo se preocupaba por el bienestar de todos y repetía ‘Siempre tomen un buen descanso’, ella siguió sus instrucciones alegremente.

“Aunque sea un poco grosera contigo, ya que es tiempo del descanso, por favor vuelve de nuevo en una hora.”

“Entendido, entonces este subordinado se retira.”

El imp se fue rápidamente y voló en el aire, dejando sólo el sonido del batir de sus alas.

Mirando al imp dirigiéndose al lugar en el que estaba llevándose a cabo la construcción del depósito, Aura sacudió los hombros, luego observó la placa de metal en su muñeca.

Esta vez mostró una expresión llena de alegría.

Esta había sido una recompensa que su amo le había entregado por su arduo trabajo. Por supuesto, ya que era una Guardián de Piso, trabajar arduamente era algo que estaba sobreentendido y que no requería una recompensa. De hecho, debería ser obvio que debía darlo todo por su amo.

Sin embargo, ella no podía simplemente rechazar el reloj de muñeca que su amo le había entregado.

“Jejeje, realmente quiero oír una vez más la voz de Bukubuku Chagama-sama.”

Aura tocó con cariño la banda de metal en su muñeca. Lo hacía con mayor cariño que cuando acariciaba a sus propias mascotas.

Todas las voces que venían de este instrumento pertenecían a la que había creado a Aura.

Aunque las voces sólo eran usadas para decir la hora, aun así servía para satisfacerla grandemente.

Cuando oyó que su hermano menor había recibido un Anillo de Ainz Ooal Gown, había sentido un poco de envidia, pero hablando honestamente, en este momento sentía que el objeto que ella había obtenido era mucho mejor.

“Jejejejejejejeje.”

Las orejas de Aura colgaban mientras tímidamente acariciaba la banda de metal. Miró la luz brillante en el reloj, y satisfecha asintió con la cabeza. Pero poco tiempo después, inclinó la cabeza mostrándose un poco confundida.

“¿Por qué Ainz-sama habría establecido que algunas horas no podían ser usadas?”

Ainz le había ordenado que las horas 07:21 y 19:19* no podían ser usadas para la alarma del reloj.
(*Estos números pueden ser leídos como palabras sexuales usando un juego de palabras en japonés:
19:19 = i-ku-i-ku = ikuiku = venirse.
07:21 = oh-nana-ni-i = onanii = masturbarse.)

“Eh… ¿por qué simplemente no se lo pregunto? ¡Ah, esto es malo!”

Aura miró los números en la placa en su muñeca, y rápidamente salió corriendo.

Frente al lugar a donde se dirigía se encontraba una sirvienta.

Era una de las 41 sirvientas dentro de la Gran Tumba de Nazarick, un homúnculo cuya apariencia externa era la de una hermosa dama, pero con una excepción.

Su cabeza era la de un perro, con una línea vertical que recorría su rostro por el medio, como una cicatriz con signos de suturas. Daba la impresión de que su cara había sido partida en dos y luego había sido cocida para unirla nuevamente.

Su nombre era Pestonia S. Wanko.

Ella era la Jefa de las Sirvientas en la Gran Tumba de Nazarick, y también un Sumo Sacerdote.

"De acuerdo con los deseos de Aura-sama, he traído una hamburguesa, así como dos pepinillos encurtidos, patatas fritas con cascara, y la bebida sería cola... Guau."

Luego de una larga pausa, dejó escapar un ladrido, haciendo que Aura pensara que tal vez había olvidado añadir algo al final. Pero Aura no dijo nada en especial sobre esto, porque algo más le había llamado la atención. Era un olor que haría gruñir el estomago de cualquiera. Aunque el Anillo de Sustento hacia que ella no tuviera que consumir alimentos, eso no significaba que no podía comer. Además comer era algo afortunado, especialmente si se trataba de comida tan deliciosa.

“Hablando del efecto total de comer esto…”

“Ah, no es necesario, no es necesario. No estoy comiendo esto para obtener algún efecto beneficioso.”

“Entendido Guau.”

Aura se acercó al lado de Pestonia, donde el carrito de comida emitía un fragante olor.

“Hora de comer, ¡hora de comer!”

Luego de escuchar la canción que Aura había compuesto para su almuerzo, Pestonia quitó la tapa de plata del plato que se encontraba sobre el carrito de comida.

“Aah~”

Aura no pudo evitar sino mirar intensamente la comida que había sido revelada frente a ella. Al mismo tiempo dijo las palabras que inmediatamente le habían venido a la mente.

“Aunque la carne de res A7* también es buena, yo en realidad prefiero una mezcla de res y cerdo. Si tan solo pudiera usar esa combinación para crear un pastel de carne de tres capas.”
(*A7 es el nivel de la carne en la escala japonesa. En la vida real la calidad máxima es A5. Ahora pueden imaginar el nivel de esa carne. http://wagyu.org/breed-info/meat-grading/)

“Entonces, esta sirvienta informará de su sugerencia al chef Guau.”

“Ah ¡perdona por molestarte!”

Entonces Aura tomó el plato y se fue caminando alegremente.

Parte 3

Zaryusu observó el asentamiento de la tribu Colmillo de Dragón. Al mismo tiempo, un bulto de vegetación apareció a su lado. No hace falta decirlo, ese bulto de hierba era en realidad Crusch. Ella extendió la mano para apartar las hierbas, revelando lo que Zaryusu pensaba era un hermoso rostro.


“¿En verdad deseas entrar directamente? ¿Estás intentando enfrentarte a ellos de frente?” 

“No, es justo lo opuesto. La tribu Colmillo de Dragón valora mucho la fuerza. Si fuéramos a desmontar de Rororo y entrar tranquilamente al lugar, en realidad podríamos encontrar personas buscando pelea incluso antes de reunirnos con el Jefe del Clan, y eso sería problemático. Seguir adelante mientras montamos a Rororo puede prevenir que suceda ese tipo de situación.”

Luego de avanzar montando a Rororo por cierta distancia, varios guerreros en el pueblo debían de haberlos visto. Cada uno sostenía un arma y miraban decididamente al grupo de Zaryusu.

Sintiendo la hostilidad, Rororo dejó escapar un gruñido bajo. Zaryusu oyó la advertencia de Rororo y le indicó que siguiera hacia adelante.

Seguir hacia adelante eventualmente iniciaría una batalla. Sin embargo continuaron avanzando hasta que alcanzaron un límite, un umbral en el que cualquier cosa podría pasar en cualquier momento. Finalmente Zaryusu le dijo a Rororo que se detuviera y bajo de un salto. Crusch también lo siguió y bajó rápidamente.

Las agudas miradas de varios guerreros estaban centradas sobre los dos. Esas miradas tenían tal intensidad que ya no eran simplemente hostiles sino abiertamente asesinas.

Crusch fue ligeramente intimidada por las miradas lo que provocó que se detuviera. Aunque ella era un individuo increíblemente hábil entre los druidas, no tenía la experiencia de estar en primera línea en una batalla.

En contraste, Zaryusu dio un paso más hacia adelante. Usando la mitad de su cuerpo para proteger a Crusch, y dijo en voz alta:

“--- ¡Soy el representante de la tribu Garra Verde, Zaryusu Shasha, el objetivo de mi visita es discutir un asunto con el Jefe de Tribu!”

El poderoso rugir de su voz pareció como si casi pudiera dispersar las intenciones asesinas alrededor de ellos. Los guerreros de la tribu Colmillo de Dragón se sorprendieron y casi parecía que estaban intimidados. 

Luego de esto, Crusch también habló, anunciándose:

“Soy la Jefa Interina de la Tribu Ojo Rojo, Crusch Lulu, y del mismo modo he venido a reunirme con el Jefe de la Tribu.”

Aunque su voz no fue tan fuerte, llevaba consigo el orgullo y la conciencia de sí misma de un Jefe de Tribu. La joven y delgada mujer lagarto de antes había desaparecido gracias al apoyo de la voz llena de confianza del macho.

“¡Una vez más, estamos aquí para ver al Jefe de la Tribu! ¡Dónde está!”

En ese momento, la atmósfera alrededor de ellos se tornó tumultuosa. Era como si el estado de ánimo en la escena de pronto se hubiera convertido en una fuerza de ataque real dirigida hacia los dos.

Cada una de las cuatro cabezas de Rororo se sobresaltó. Abriendo las mandíbulas, dejó oír un rugido amenazador en cuatro direcciones mientras agitaba las cabezas y observaba fijamente con rabia. Mientras la hidra gruñía, el miedo pareció penetrar en los alrededores y la tensión en la atmósfera pareció aumentar.

“… No era necesario que me protegieras de algo tan trivial.”

“Mi intención no eran protegerte ya que viniste por decisión propia. Sin embargo, soy yo el que provocó que sus tribus enteras perecieran, por tanto debería ser yo quien cargue con sus miradas hostiles.”

Los guerreros comenzaron a reunirse en el interior del asentamiento de la tribu. Todos eran hombres lagarto musculosos y fuertes con ligeras cicatrices en sus escamas, dando a entender que se trataba de veteranos de incontables batallas. Sin embargo Zaryusu percibió que el Jefe de la Tribu no se encontraba entre ellos.

Cada uno de esos hombres lagarto era simplemente un guerrero. Ninguno ostentaba autoridad como lo hacía su hermano mayor, ni tampoco tenía la apariencia extraña y llena de confianza de un Jefe de Tribu como Crusch.

Durante ese momento, cuando Rororo era el único que emitía un sonido de intimidación, cada hombre lagarto mantenía un gran estado de alerta. Entonces--

“Haah!”

Crusch expulsó una bocanada de aire, emitiendo un sonido débil. Sin embargo, Zaryusu, que había previsto que ese hombre lagarto eventualmente se haría presente, permaneció impasible. Esto debido a que incluso antes de que su oponente se hubiera mostrado, podía sentir que había alguien poderoso acercándose lentamente.

Pero no pudo sino mirar perplejo al hombre lagarto que había aparecido frente a él. Para ponerlo en palabras simples, su apariencia era simplemente extraña.

El oponente era un individuo enorme con un cuerpo que excedía los dos metros y treinta centímetros de altura. Esta sola característica sería insuficiente para describir su apariencia como extraña, pero había otras razones para ello.

En primer lugar, su brazo derecho tenía la extraña apariencia de ser relativamente más grueso que el otro, de la misma forma en que un cangrejo violinista tiene a una garra gigante en un solo lado. No, no es que su brazo izquierdo fuera delgado, tenía un grosor casi igual al brazo de Zaryusu. Era simplemente que su brazo derecho era anormalmente grueso, y no se trataba de alguna enfermedad o una malformación, sino que era en realidad musculo.

Los dedos anular y meñique de su mano izquierda habían desaparecido completamente.

Su boca se habría más hacia atrás, tal vez era el resultado de una herida cortante, y su cola era bastante plana, no como la de un hombre lagarto sino más como la de un cocodrilo.

Sin embargo, incluso comparado a estas características, lo más impresionante era ---la marca grabada en su pecho. Aunque era diferente a la que Zaryusu tenía en su propio pecho, el significado era el mismo, era la prueba de que este hombre lagarto también era un Viajero.

El hombre lagarto de apariencia extraña midió a Zaryusu---

---Un sonido como de madera al partirse vino de su boca, eran sus dientes chocando. Esta era probablemente su risa.

 “Bienvenido, portador de Frost Pain.”

Su profunda voz era extremadamente apropiada para su apariencia, excepto que tenía el efecto de hacer que incluso hablar normalmente sonara amenazante.

“Esta es la primera vez que nos conocemos. Soy el representante de la tribu Garra Verde, Zaryu---”

El hombre lagarto agitó la mano indicando que las introducciones eran innecesarias.

“Sólo el nombre es suficiente.”

“… Soy Zaryusu Shasha, y esta es Crusch Lulu.”

“Esa persona no será… ¿un monstruo de plantas? Sin embargo, ya que trajiste una hidra a este lugar, que traigas también un monstrua para que le sirva de comida no debería ser una sorpresa.”

“… No se trata de eso.”

El hombre lagarto de apariencia extraña agitó la mano hacia Crusch, que estaba a punto que quitarse el traje de hierbas, para indicar que no era necesario.

“No tomes en serio mis bromas, qué problemático.”

“— !”

Sintiendo desinterés, el hombre lagarto de apariencia extraña le dio una mirada al bulto de hierbas que era Crusch antes de volver la vista una vez más hacia Zaryusu.

“Entonces, ¿para qué han venido?”

“Antes de eso, ¿podrías por favor decirnos tu nombre?”

“Ah. Soy el Jefe de la Tribu Colmillo de Dragón, Zenberu Gugu. Siéntanse libres de llamarme Zenberu.”

Zenberu mostró los dientes mientras sonreía. Aunque estaba dentro de sus expectativas, el hecho de que un Viajero era también un Jefe de Tribu era algo sorprendente.

Pero también, sin embargo, esa era la respuesta más aceptable. Era imposible que un hombre lagarto tan poderoso fuera solamente un Viajero. En realidad, en el momento en que había aparecido, la hostilidad de los alrededores se había dispersado como si fuera humo. Este hombre lagarto poseía una enorme autoridad así como también una extraordinaria destreza en el combate y cohesión.

“Tú también puedes llamarme simplemente Zaryusu. Entonces, Zenberu, por favor déjanos saber si han recibido la visita de un monstruo antinatural recientemente.”

“Ah, el mensajero de esa persona Suprema.”

“Ya que el oponente ha estado aquí, el asunto que venimos a discutir será más simple---”

Zenberu levantó la mano, interrumpiendo a Zaryusu.

“Puedo suponer aproximadamente que es lo que planeas decir. Sin embargo, nosotros sólo creemos en la fuerza. Desenvaina tu arma.”

El fornido hombre lagarto frente a Zaryusu ---el Jefe de la Tribu Colmillo de Dragón, Zenberu Gugu--- sonrió revelando una boca llena de dientes.

“¡Qué!”

Sólo Crusch exclamó. Zaryusu y los guerreros alrededor mostraron expresiones de estar de acuerdo.

“… Este método es simple, Jefe de la Tribu Colmillo de Dragón. Hace que la decisión sea tomada con rapidez, y no hace perder el tiempo.”

“Realmente eres un emisario sobresaliente. No, ya que eres el amo de Frost Pain, eso debería estar sobreentendido, ¿cierto?”

♦ ♦ ♦

Escoger al más fuerte como Jefe de la Tribu ---para los hombres lagarto esto era un asunto natural y ordinario.

Sin embargo, ante un problema en el que la subsistencia de la tribu estaba en juego, ¿era apropiado un método tan simple de determinar la respuesta? ¿No debería este asunto ser evaluado y discutido por todos, haciendo un análisis detallado desde diferentes ángulos antes de llegar a una conclusión?

Crusch pensó esto, y luego se dio cuenta de que lo sorprendente era el hecho de que se le hubiera ocurrido esta idea.

En realidad, todos los guerreros que estaban observando en los alrededores, sin importar que se tratase de machos o hembras, estaban de acuerdo con la decisión del Jefe de la Tribu. Si hubiese sido antes, también ella misma hubiera sentido que esta decisión era una opción adecuada.

(Entonces ¿por qué mi yo actual siente dudas sobre esto?)

¿De dónde provenían estas dudas?

¿Acaso ella pensaba de esta forma porque había sufrido algún ataque mágico de un desconocido? Imposible. Cuando se trataba de magia, ella tenía la confianza de que no podría perder ante nadie.

Crusch se volvió para ver a los dos individuos.

Zaryusu y Zenberu.

Los dos se encontraban de pie juntos, viéndose como un niño frente a un adulto.

Por supuesto, el aspecto físico del cuerpo no lo determinaba todo, y siendo una encantadora mágica ella entendía este punto completamente. Sin embargo viendo la diferencia en sus aspectos físicos que era como la diferencia entre el cielo y la tierra, no pudo evitar gritar interiormente para sí misma que no deseaba que esto sucediera de este modo.

(¿No lo deseo? Espero que ellos no--- no, ¿no deseo que ellos se enfrenten?)

Crusch quería comprender por qué tales sentimientos milagrosos habían surgido dentro de ella. ¿Por qué no deseaba que esto sucediera? ¿Por qué no deseaba que ellos se enfrentaran el uno al otro?

Sólo había una respuesta y era obvia.

Crusch mostró una ligera sonrisa. Era una sonrisa tanto irónica como de auto-burla.

(Ahora puedes admitirlo con honestidad, Crusch. No quieres que Zaryusu pelee porque temes que salga herido…temes que él podría morir.)

Sencillamente, ése era el problema.

Este tipo de batalla, raramente terminaba con la muerte de una de las partes. Sin embargo el significado de ‘raramente’ quería decir que todavía existía la posibilidad de que sucediera. Si la pelea desencadenaba en la pérdida del raciocinio, fácilmente se podría perder una vida. Habiendo nacido hembra, ella no deseaba que su compañero perdiera la vida por participar en esta batalla.

Esto también significaba que de hecho, inconscientemente, Crusch había aceptado hacía tiempo la promesa de amor de Zaryusu.

 (Es debido a que ningún macho en el pasado me ha tratado de la misma forma que él lo hizo… ese fue el porqué yo tan fácilmente… si es de este modo ¿significa eso que soy fácil de captivar? Eh, por lo menos me siento… un poco feliz y también un poco triste… ah, en serio, ¡suficiente!)

Aceptando honestamente sus sentimientos, Crusch caminó al lado de Zaryusu, que se estaba preparando para la batalla, y con suavidad le dio una palmada en el hombro.

“¿Te hace falta alguna cosas para tus preparativos?”

“Nada. No hay ningún problema.”

Una vez más Crusch dio una palmada en el hombro.

Su poderoso hombro.

Desde temprana edad, ella había seguido el camino de un druida, y había entrado en contacto físico con los cuerpos de otros hombres lagarto durante plegarias, unciones de medicina, e incluso al lanzar magia. Sin embargo le pareció que este tiempo, en el que tocaba el cuerpo de Zaryusu, era incluso más extenso que todos los momentos anteriores combinados.

(Así que este es el cuerpo de Zaryusu… ah.)

Al enfrentar una batalla, la sangre caliente fluía a través del cuerpo hinchando los poderosos músculos y permitiendo a otros sentir su masculinidad.

“… ¿Qué sucede?”

Ya que Crusch seguía sin soltarlo, Zaryusu sintió momentáneamente que esto era algo extraño.

“---- ¿Eh? Ah, eso… esto es una bendición de los druidas.”

“Esto… ¿los espíritus de tus ancestros me ayudarán? ¿Incluso aunque soy alguien de una tribu diferente a la tuya?”

 “Los espíritus de mi tribu no tienen una mentalidad tan cerrada. Buena suerte.”

Crusch retiró la mano del hombro de Zaryusu, y oró en su corazón por el perdón de sus ancestros. Esto debido a que había mentido para desearle la victoria al hombre de su corazón.

Al mismo tiempo, Zenberu se encontraba haciendo preparativos similares. En su mano derecha sostenía una enorme alabarda ---una alabarda de metal de una longitud de casi tres metros, una que un hombre lagarto ordinario tendría que llevar usando ambas manos.

Entonces casualmente la agitó.

El movimiento lateral generó una poderosa ráfaga de viento, tan fuerte que incluso Crusch, que estaba alejada de él, pudo sentirla.

“Podrás ga… no, ¿estará todo bien?”

“Sobre eso… me adaptaré a la situación conforme sea necesario.”

Originalmente Crusch pretendía preguntarle si le era posible ganar, pero no lo dijo. Zaryusu sabía que estaba enfrentando una batalla en la cual la derrota no era una opción.

Entonces no había forma de que este hombre lagarto pudiera perder. Sólo se estaban familiarizando desde el medio día de viaje, y sólo se habían conocido hace un día, pero si había algo que Crusch entendía bien, era una cosa.

Este hombre lagarto era digno de ser querido por ella. 

“Entonces, ¿has completado tus preparativos? Portador de Frost Pain… eh, Zaryusu.”

“Están completos, podemos comenzar en cualquier momento.”

Zaryusu se volvió fríamente dándole la espalda a Crusch, y caminó hacia el perímetro de la zona de pelea.

Crusch exhaló. La razón era porque no podía resistir contemplar su espalda.

La mano de Crusch había estado en contacto con su cuerpo por un largo tiempo ---en realidad no había sido tanto-- y el calor que había quedado en su hombro ya había comenzado a disiparse lentamente.

La batalla que se avecinaba sería simple, similar a la que era usada para elegir al Jefe de la Tribu. Ya que era una pelea de uno contra uno, la intervención de terceros al usar efectos de fortalecimiento mágico era una violación a las reglas.

Cuando el calor estaba todavía sobre sus hombros, la mente de Zaryusu se hundió en el caos. Mientras las manos de Crusch no habían dejado sus hombros, casi pensó que ella había lanzado algún hechizo defensiva en él, como Jefe Interino de su Tribu seguramente ella no sería ajena a esta regla.

Entonces, incluso si la otra parte claramente no había usado encantamientos mágicos, ¿por qué se sentía tan motivado por dentro?

¿Era debido a que él era macho y quería lucirse frente a una hembra? Su hermano mayor dijo una vez que él era demasiado denso… esta frase no parecía ser tan cierta ahora.

Zaryusu ingresó al círculo formado de hombres lagarto y velozmente desenvainó a Frost Pain. La espada respondió a la orden de Zaryusu y emitió una gélida niebla blanca.

Los hombres lagarto circundantes rompieron en gritos.

Ellos conocían al antiguo dueño de Frost Pain y eran también sobrevivientes de la tribu Borde Filoso, por tanto habían reconocido personalmente el poderío de Frost Pain.

Observando la habilidad que sólo el verdadero dueño de Frost Pain podría usar, la horrible expresión facial de Zenberu se tornó en una expresión de deleite, mostrando los dientes mientras gruñía profundamente, justo como lo haría una bestia salvaje.

Hacia el hombre lagarto frente a él mostrando sus evidentes ganas de luchar, Zaryusu sólo le dijo fríamente:

“No quisiera que sufras heridas serias.”

Esta frase provocativa incrementó hasta el máximo la antipatía que sentían los hombres lagarto alrededor de él, sin embargo el poderoso estallido en la superficie del agua que se oyó a continuación hizo que todos quedaran en silencio.

Ese fue el resultado de Zenberu golpeando los humedales con su alabarda.

“Oh… ¡entonces déjame probar la derrota con satisfacción! ¡Escúchenme! ¡Si yo fuera a morir en esta batalla, él será su nuevo Jefe de Tribu! ¡No habrán objeciones a esto!”

Los hombres lagarto alrededor deberían de haber estado en desacuerdo, pero nadie objetó. En verdad, si Zaryusu realmente mataba a Zenberu, todos le darían su obediencia incluso si tuvieran que morder sus labios para hacerlo.

“Muy bien, ven a esta pelea con la determinación de matarme. Yo debería de ser tu oponente más fuerte hasta ahora.”

 “… Entendido. Entonces, si yo fuera a morir por tus manos---”

La mirada de Zaryusu se movió ligeramente hacia Crusch.

“Por supuesto, dejaré que tu mujer regrese a su hogar a salvo.”

“… No es ‘mía’ aún.”

“Jo, parece que realmente deseas ir tras ese monstruo de hierbas. ¿Es tan buena esa mujer lagarto?”

“Extremadamente.”

Zaryusu ignoró a la mujer lagarto en cuclillas cubriendo su cara con sus manos.

“Eso es algo que desearía ver por mí mismo. Si gano, justo antes de dejarla ir, ¿Por qué mejor no la abro por la mitad primero?”

Hasta entonces, Zaryusu había tenido la voluntad de un guerrero para luchar. Ahora otra motivación había surgido en él.

“… Parece que ahora tengo una razón por la que absolutamente no puedo perder. No dejaré que un tipo como tú vea el rostro de Crusch.”

“Ella realmente te gusta a tal punto que no hay remedio que pueda salvarte.”

“Sí, así es lo mucho que me gusta.”

Hubo varias mujeres lagarto que le dijeron algunas palabras a Crusch, y ella inmediatamente les dio una respuesta negativa agitando la cabeza e indicándoles que deberían ignorar a esos dos por ahora.

“¡Ja!”

Zenberi rió con gusto.

“¡Entonces derrótame! Si fueras a morir, todo habrá sido en vano.”

“Esa era mi intención desde un comienzo.”

El intercambio de palabras entre Zaryusu y Zenberu concluyó en este punto y se miraron el uno al otro.

“--- Estoy a punto de iniciar mi ataque.”

“--- Adelante.”

Ambos intercambiaron palabras cortas, pero ninguno hizo ningún movimiento.

Justo cuando los hombres lagarto que los rodeaban comenzaban a inquietarse, Zaryusu comenzó a acercarse lentamente. Se encontraban en los humedales cubiertos de agua, y sin embargo no se podían oír chapoteos.

Zenberu permaneció inmóvil mientras esperaba.

Momentos después, cuando Zaryusu estaba cerca--- se oyó un fuerte sonido y algo se movió con un destello ante los ojos de Zaryusu mientras este saltaba hacia un lado. Había sido el sonido de la alabarda de Zenberu.

No había habido ninguna técnica en el movimiento, había sido un golpe simple.

Pero era por eso que era impactante.

Zenberu asumió una postura con la alabarda mientras se preparaba para atacar a Zaryusu nuevamente. Con sólo su brazo derecho, Zenberu era capaz de usar la alabarda gigante. Luego de cada ataque que era como un tornado, él era capaz de asumir inmediatamente su postura original.

Zaryusu estaba desconcertado.

Por tanto, para poder confirmar las intensiones de esas acciones, saltó una vez más dentro del rango de ataque de su enemigo ---y nuevamente fue recibido con otro poderoso ataque horizontal. Zaryusu bloqueó con Frost Pain y el gran impacto que golpeo la mano con la que sostenía a Frost Pain, envió su cuerpo hacia atrás.

Para lograr haber enviado volando a un hombre lagarto adulto con un solo brazo, el poder de su brazo debía ser extraordinario. 

--- La sangre hervía con emoción.

Cuando los guerreros vieron a su Jefe demostrar ese poder de brazo sin rival, rugieron con fuerza.

Zaryusu balanceó su cola para recuperar el equilibrio mientras retrocedía.

Agitó la mano adormecida mientras entrecerraba los ojos.

(¿De qué… se trata todo esto?)

Zaryusu se concentró en el cuerpo gigante frente a sus ojos.

(¿Qué sucede? Es tan… débil.)

Zenberu era rápido como un relámpago, y podría enviar volando a Zaryusu si este bloqueaba con su espada. Pero eso era todo, no había nada terrorífico en ello.

Los movimientos de Zenberu eran similares a los de un niño jugando con un palo: no había técnica, sólo golpes poderosos hechos con fuerza bruta. Pero ¿realmente era eso todo? Con ese brazo gigante, Zenberu debería de ser capaz de usar la alabarda más hábilmente.

(¿Está conteniéndose para que yo baje la guardia?)

Zaryusu sintió que no se trataba de eso.

Bastante cauteloso ante esta situación desconocida, repensó su estrategia. Zenberu, que aun no había dado ni un solo paso preguntó con una sonrisa:

“¿Bueno? ¿No vas a usar la habilidad de Frost Pain?”

Esa burla probablemente buscaba provocarlo y Zaryusu no reaccionó ante ella.

“En el pasado, fui derrotado por el anterior portador de Frost Pain.”

Zaryusu recordó, él también sabía a quién se refería Zenberu. Esa persona era el Jefe de la Tribu Borde Filoso, la persona que Zaryusu había matado.

Zaryusu apartó ligeramente su concentración de Zenberu y observó los alrededores.

Entre la hostilidad que sentía alrededor suyo, los que emanaban las intensiones asesinas más fuertes debían de ser los sobrevivientes de Borde Filoso.

“Los dos dedos de mi mano quedaron así debido a esa pelea.”

Zenberu mostró a Zaryusu su mano izquierda a la que le faltaban dos dedos.

“Si usas el poder que ese tipo usó para derrotarme, deberías de ser capaz de ganar.”

“¿Es así?”

Zaryusu respondió con calma.

En realidad, esa habilidad era poderosa.

Y debido a que esa habilidad sólo podía usarse tres veces al día, tendría una gran oportunidad de ganar si fuera a usarla. Zaryusu sólo había logrado derrotar al antiguo dueño de Frost Pain debido a que éste había agotado los usos de esa habilidad. Si él la hubiera usado, Zaryusu probablemente habría muerto.

Pero era imposible que alguien que supiera de la habilidad de Frost Pain estuviera incitándole a usarla.

Zaryusu apretó la empuñadura.

(No lo entiendo… Pero de todos modos, las cosas nunca terminarán si alargamos esto demasiado. Debo atacar.)

Zaryusu se decidió y se lanzó con el doble de velocidad.

Zenberu blandió la alabarda hacia Zaryusu con una velocidad sorprendente.

Zaryusu no la esquivó y la bloqueó con Frost Pain. Todos los que vieron esto pensaron que Zaryusu sería enviado volando hacia atrás.

La espada y la alabarda chocaron ---y el ataque fue bloqueado fácilmente.

No había necesidad de usar habilidades. Zenberu simplemente estaba usando la alabarda como un niño y por tanto podía bloquearla sin importan que tan fuerte golpeara.

Zenberu abrió los ojos por la sorpresa ---no, era por la admiración.

Al mismo tiempo, Zaryusu avanzó hacia Zenberu ---sin darle tiempo a mover la alabarda de vuelta para defenderse. Incluso con esa musculatura, le tomaría algún tiempo jalar de vuelta la albarda que había sido desviada. Ese era tiempo suficiente para que Zaryusu acortara la distancia.

Luego, Forst Pain se movió hacia el cuerpo de Zenberu---

--- Salpicó la sangre.

Rugieron unas fuertes vivas y también el sonido de un leve llanto.

El que estaba sangrando y retrocediendo no era Zenberu. Era Zaryusu quien sangraba de los dos cortes en su rostro.

Al contrario de la táctica que había usado hasta ahora, sin dejarle escapar, Zenberu se acercó hacia Zaryusu con largas zancadas para atacar con su arma.

Esa arma era ---garras.

Frost Pain y las garras chocaron con un nítido sonido metálico. Luego de esto, el sonido de la alabarda cayendo al agua pudo ser oído.

“¡Wargghhh—!”

Zenberu respiró profundamente, y atacó consecutivamente son su gran brazo mientras avanzaba hacia adelante.

A diferencia de los juegos infantiles con la alabarda de antes, los ataques con garras de Zenberu eran del nivel de un maestro. Zaryusu finalmente lo entendió.

Zenberu no era un guerrero, sino un monje (Monk) que usaba su propio cuerpo como arma mediante el uso de una energía especial llamada Qi.

Zaryusu bloqueó con Frost Pain el golpe con el borde de la mano.

Las garras de los hombres lagarto eran más fuertes que las de los humanos, pero no tanto como para emitir tal sonido metálico. Era cierto, éste era el resultado del endurecimiento de las partes del cuerpo ---tales como garras y colmillos. Una habilidad conocida como 「Arma de Acero natural」 (Natural Steel Weapon), una habilidad de los monjes.

Se decía que un golpe con el puño de un monje que había alcanzado el más alto nivel podía destruir el material más duro, adamantita. Pero a juzgar por cómo se sentía el intercambio de golpes, Zenberu aun no había alcanzado ese nivel. Incluso así, estaba a la par de uno de los cuatro tesoros de los hombre lagarto, Frost Pain, y no era algo que podía ser tomado a la ligera.

Los dos intercambiaron golpes.

Zenberu atacó con sus garras mientras Zaryusu atacaba con Frost Pain. Cada uno evadió los ataques del otro y dieron un salto hacia atrás, incrementando la distancia entre ellos.

“---Jaja, ¡sigues vivo!”

Zenberu lamió la sangre y la carne en sus garras.

Zaryusu usó su larga lengua para lamer el líquido rojo en su cara.

Se sentía afortunado por haber logrado evadir las garras que se dirigían a sus ojos. Estaba herido, pero sólo era un corte, aún podía pelear. Estaba agradecido por la protección de sus ancestros y---

(Tal vez, logré evadir el ataque gracias a los ancestros de Crusch.)

Zarysu estaba agradecido mientras Zenberu se quejaba con tristeza.

“Hablando de ello, parece que no estás luchando en serio ya que te niegas a usar esa habilidad”

Zenberu apretó ambos puños y golpeó repetidamente su pecho.

“Mis disculpas, pero no tengo intención de usar esa técnica.”

“¿Eh? Entonces, luego de tu derrota no te quejes por no haber usado toda tu fuerza.”

“Luego de intercambiar golpes conmigo, ¿todavía sigues pensando que soy del tipo de persona que diría algo así?”

“… No, no lo creo. Lo siento, he hablado de más. Sin embargo ---si no planeas usar esa técnica, ¡entonces ahora es mi turno!”

Con el sonido de una ráfaga de viento, Zenberu lanzó una patada hacia Zaryusu con una pierna que era tan gruesa como el tronco de un árbol.

El movimiento había sido hecho sin una pizca de vacilación.

Mientras Zaryusu esquivaba el golpe de pierna, blandió a Frost Pain para cortar a Zenberu. Sin embargo se oyó un sonido metálico y la espada fue desviada.

Zaryusu abrió los ojos por la sorpresa.

Si uno fuera a usar una espada para bloquear un ataque con alguna parte del cuerpo, el atacante sería el que abría salido herido, esto era de sentido común. Sin embargo, utilizar la energía Qi de un monje invalidaba esta lógica.

Éste fue el efecto de 「Piel de Acero」 (Steel Skin). En el momento que un ataque entraba en contacto con la piel del usuario, esta habilidad especial usaría Qi para cubrir su cuerpo, otorgándole a su piel la dureza del acero. Esta habilidad era parecida a 「Arma de Acero Natural」, y dependiendo de la cantidad de entrenamiento que era puesto en el refinamiento de la técnica podía alcanzarse una mayor dureza.

La piel de su oponente había desviado la espada mágica. Esto significaba que su oponente había refinado las habilidades de monje a grandes alturas. Sin embargo Zaryusu permaneció confiado en que la victoria estaba al alcance de sus manos.

No se debía a que la diferencia entre las habilidades de batalla de ambos oponentes fuera astronómica, sino a que las circunstancias de Zenberu eran relativamente desfavorables.

Provocando que uno se viera abrumado por ataques continuos.

Patadas, barridas de cola, puñetes, golpes con el borde de la mano, todo tipo de ataques.

Zenberu dependía de la habilidad de su cuerpo para cada ataque, y este no era sólo rápido sino también pesado. Enfrentando a tal enemigo, incluso Zaryusu debía dejar de atacar para mantener su defensa.

Ataques continuos fueron seguidos de incluso más ataques continuos.

Si fuese a abandonar la defensa ante los ataques aplastantes de su enemigo, Zaryusu no dudaba que sería derrotado. Los hombres lagarto alrededor creían que el Jefe de su Tribu, que se encontraba lanzando ataques continuos sin detenerse, tenía la victoria al alcance de la mano y gritaban para apoyarlo.

Ocasionalmente las garras de Zenberu rosaban a Zaryusu, arrancando fácilmente las duras escamas que protegían su cuerpo, provocando que su sangre fluyera. Sus heridas no eran para nada ligeras.

El cuerpo de Zaryusu estaba completamente cubierto de estas heridas. Su vida era como un candelabro prendido bajo el viento, y no sería sorprendente que se rindiera en cualquier momento. La prueba era que en todos lados las caras de los hombres lagarto mostraban sonrisas de felicidad deleitándose por la victoria de su Jefe de Tribu.

Sin embargo, Zenberu no compartía ese sentimiento.

Cada vez que uno de sus ataques continuos era bloqueado, Zenberu sentía que la victoria se le escapaba cada vez más lejos, lo que le preocupaba inmensamente.

La hoja de Frost Pain estaba imbuida de frío congelante por lo que añadía lesiones por congelamiento cada vez que cortaba a un enemigo. Además, tenía un efecto secundario que hacía que cualquier enemigo que entrara en contacto con el arma sufra daños por congelamiento. En otras palabras, simplemente al intercambiar golpes entre la hoja y su carne, Zenberu era lentamente erosionado por el frío congelante.

Con ambas manos y piernas entumecidas, sus movimientos se hacían cada vez más y más lentos.

(Maldición… debido a que antes de la guerra sufrí una derrota tan rápida… ¡ni siquiera supe que la espada poseía esta habilidad! ¡En realidad no se trataba sólo de aquel truco! ¡Realmente digna de ser uno de los cuatro tesoros!)

Era precisamente porque Zaryusu sabía que el ítem tenía tal efecto que permanecía a la defensiva ---En realidad, era por eso que había escogido este método ya que le garantizaba causar daño a su oponente. Probablemente debido a esto es que él no evadía los ataques de Zenberu sino que los tomaba de frente.

Esta decisión era la más prudente y también un complejo camino para alcanzar la victoria.

Era perfecto. Para el actual Zenberu, éste era su mayor enemigo.

Hacia Zaryusu, que había saltado, Zenberu liberó un poderoso golpe con el puño. Si este golpe fuera a ser bloqueado, las oportunidades de ganar de Zenberu se desplomarían.

Zenberu sintió que estaba enfrentándose en una batalla de uno contra uno contra una fortaleza inexpugnable

(Ah, ah, qué pena, no puedo derrotarlo… Sin embargo, ¡he esperado este momento por mucho tiempo!)

Los recuerdos de cuando enfrentó por sí mismo a ese hombre lagarto le vinieron a la mente. Desde entonces, se había vuelto mucho más fuerte, y había soportado un entrenamiento interminable y extenuante para lograr obtener la victoria. Cuando oyó las noticias de que habían matado a la persona que lo había derrotado, sintió un remordimiento inconmensurable, y sin embargo no detuvo su entrenamiento.

Todo en preparación de que llegase este día.

Siendo el Jefe de la Tribu, era incapaz de dejarlo todo de lado e ir a desafiarlo, por tanto cuando oyó que el portador de Frost Pain había llegado al pueblo, casi no había podido contener su alegría.

No podía permitir que esta pelea, por la que había estado esperando todo este tiempo, fuera a terminar tan fácilmente.

Zenberu golpeó con los puños y las piernas, sin embargo su sentido del tacto estaba disminuyendo gradualmente, y su Qi tenía cada vez más problemas para llegar a sus manos y pies. Incluso así atacó implacablemente.  

(Tan fuerte, ¡incluso más que aquel tipo en ese entonces!)

Ya que él mismo había entrenado sin descanso, este hombre lagarto frente a él también debía de haber soportado un entrenamiento incesante hasta este punto.

Desde el comienzo, ambos hombres lagarto no se habían acercado mucho durante la pelea, y por supuesto él podría dar una excusa diciendo que había perdido debido a la habilidad de Frost Pain, pero no deseaba usar unas palabras tan cobardes.

(¡Increíble! ¡No hay duda de porqué él es el amo de Frost Pain! ¡El hombre lagarto más fuerte entre todos los hombres lagarto!)

Exteriormente, Zenberu no detenía sus continuos ataques, sin embargo por dentro alagaba tranquilamente a Zaryusu quien estaba usando a Frost Pain para bloquear sus movimientos.


Heridas, sangre fluyendo, y más heridas.

Crusch, que miraba este feroz enfrentamiento sin apartar la vista, ya había previsto el resultado a través de sus espectaculares habilidades de druida.

(Realmente tiene una percepción increíble… haber sido capaz de resolver la pelea casi en el momento en que comenzó.)

Estaba muy sorprendida ante las excelentes capacidades de Zaryusu como guerrero.

Los alrededores emanaban incesantes gritos de aliento.

Aquellos que estaban aclamando dirigían su clamor hacia el implacable atacante, hacia Zenberu que parecía estar dominando la pelea contra su oponente. Los hombres lagarto alrededor parecían ignorar el hecho de que las extremidades de Zenberu mostraban movimientos cada vez más lentos.

Zaryusu era fuerte. Crusch tenía confianza en la conclusión a la que había llegado.

Casi todos los hombres lagarto confiaban en sus robustos y fuertes cuerpos, usando su fuerza bruta para pelar, pero Zaryusu… no, también incluso Zenberu… confiaban en su técnica para pelear, y Frost Pain era simplemente una herramienta de apoyo. 

Como tal, sobre esta situación… la brecha entre los dos individuos estaba bastante relacionada con Frost Pain, pero Crusch entendía claramente que Frost Pain no era el único factor para lograr este resultado.

Hipotéticamente, si uno fuese a entregarle Frost Pain a una persona ordinaria, ¿sería esa persona capaz de enfrentar a Zenberu de este modo?

La respuesta era probablemente negativa. Zenberu no era un oponente tan fácil.

El arma era en verdad poderosa, pero Zaryusu, que era capaz de usar a la perfección la habilidad de la espada, era también un guerrero de primera clase.

Pero algo que incluso merecía más admiración era su aguda y perspicaz mente.

Zaryusu había sido capaz de evadir los ataques de su oponente cuando éste había dejado la alabarda, debido a que siempre estaba alerta y observaba constantemente la situación. Primero había estudiado a su oponente buscando su carta del triunfo, y se había dado cuenta que la alabarda era simplemente un farol.

Haber enfrentado la dura decisión de ser marcado como un Viajero, y sin embargo tener el coraje para soportar las consecuencias, ¿simplemente qué otros conocimientos había traído de vuelta de sus viajes aparte de la cría de peces y de estas tácticas en batalla?

Sin darse cuenta de ello, Crusch creía firmemente que Zaryusu ya tenía la victoria al alcance de las manos. En ese momento, su corazón latía con rapidez no debido a que estuviera preocupada por él, sino por otra razón, y al mismo tiempo observaba en silencio el rostro de aquel hombre lagarto.

“Realmente es un hombre lagarto sobresaliente.”

La emocionante batalla parecía volar ante la percepción de todos, pero para los dos que se encontraban luchando, se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo. Les faltaba el aliento y el cansancio físico y mental era mucho mayor en relación al tiempo que había pasado.

Aunque sangraba por todo su cuerpo, Zaryusu seguía mostrando una encomiable voluntad para seguir luchando. Recibiendo elogios de parte de los hombres lagartos que los observaban, debido a que era capaz de seguir luchando contra el Jefe de Tribu por mucho más tiempo del que nadie había logrado antes.

De pronto, Zenberu que parecía estar a centímetros de obtener la victoria, abandonó su postura de batalla.

Los hombres lagarto alrededor esperaban con ansias que Zenberu anuncie su victoria cuando éste gritó.

Pero el contenido del grito fue lo opuesto de lo que habían esperado.

“¡He perdido!”

Su Jefe de Tribu debería de haber estado a pocos segundos de obtener la victoria.

¿Entonces por qué había declarado su derrota? Sólo Crusch sabía que esto pasaría y corrió rápidamente hacia el centro de la formación en círculo.

“¿Te encuentras bien?”

Zaryusu respiró profundo cuando oyó esta pregunta. Bajó la espada en su mano y respondió exhausto:

“No tengo heridas mortales… esto no afectará ninguna batalla futura.”

“... Bien, te curaré con hechizos.”

Las hojas en el atuendo de Crusch sonaron levemente al rozar y ella reveló su rostro.

Zaryusu sintió un calor reconfortante en todas sus heridas, diferente al dolor ardiente que había sufrido antes. Zaryusu se sumergió así mismo en la sensación de la energía fluyendo dentro de su cuerpo y volvió la cabeza para mirar al enorme hombre lagarto con el que había tenido un duelo mortal. 

Zenberu estaba rodeado de los miembros de su tribu mientras explicaba qué había pasado exactamente y cuál había sido la táctica de Zaryusu.

“Esto debería ser suficiente.”

Luego de usar su hechizo curativo dos veces, Crusch anunció que había concluido el tratamiento. Zaryusu miró abajo, hacia su propio cuerpo.

Todavía había sangre seca sobre su piel, pero las heridas habían sanado completamente. Zaryusu podía sentir una ligera rigidez cuando flexionaba sus heridas, pero no parecía que éstas se abrirían nuevamente.

“---Gracias.”

“De nada.”

Crusch sonrió radiante, se veía hermosa mostrando sus perlados dientes blancos.

“--- Qué linda.”

“¡Ah…!”

Su cola golpeó con fuerza la superficie del agua.

Los dos quedaron en silencio.

Crusch callaba porque estaba perpleja por la manera tan tranquila en que este hombre lagarto había dicho esas palabras. Para Crusch que no estaba acostumbrada a recibir halagos, no le hacía bien a su corazón oír a Zaryusu decirlos tan seguido.

Por otro lado, Zaryusu no entendía por qué Crusch no había respondido. ¿Acaso he cometido algún error?--- tal sentimiento de ansiedad cruzó su mente. En realidad, él siempre había sentido que su vida no tendría nada que ver con mujeres lagarto, así que no sabía cómo reaccionar. Inesperadamente, Zaryusu también se encontraba confundido.

Mientras los dos se mostraban preocupados y se preguntaban qué hacer, una voz los salvó.

“Hey, hey, hey, eres demasiado envidiable bastardo.”

Los dos miraron hacia el que había hablado ---Zenberu.

Zenberu se encontró momentáneamente estupefacto cuando los dos reaccionaron de la misma forma.

“Eh~ blanca, ¿podrías curarme?”

Zenberu no se sorprendió luego de ver la cara albina de Crusch. Cuando Crusch recordó la impresión que ella misma había tenido luego de ver la apariencia de Zenberu por primera vez, entendió su falta de reacción.

“Está bien… ¿pero no será un problema que lo haga yo en lugar de un druida de tu tribu?”

“Sí, pero no importa. No hables tanto, me duele ahora mismo, incluso mis huesos se están congelando, ¿podrías darte prisa?”

“Eres tú el que quiere que haga esto, recuerda explicárselo a tus druidas.”

“Sí, soy yo el que está forzándote, así que por favor.”

Crusch suspiró y comenzó el tratamiento.

Zaryusu sintió que el número de miradas hostiles se había reducido, y habían comenzado a aparecer miradas con buenas intenciones.

“Está bien, terminé.”

Crusch había usado más hechizos curativos en Zenberu a comparación de Zaryusu. Esto significaba que sus heridas eran más profundas, aunque no se viera a simple vista.

“Oh, tus habilidades son mejores que las de los druidas de mi tribu.”

“Gracias, pero casi nunca hago esto por otras tribus… No, gracias por tu cumplido.”

“Bueno, nuestras heridas han sido curadas, vayamos al tema principal del día ¿está bien? ¿O es demasiado pronto para ti?”

“¡Oh! Oigamos lo que tienes que decir ---Aunque quería decirte que…” Zenberu hizo una pausa cuando llegó a este punto, y luego dijo con una sonrisa: “¡Pero bebamos algo primero!”

Zaryusu y Crusch ---ambos se veían perplejos, como si no entendieran lo que Zenberu estaba diciendo.

“Los problemáticos asuntos formales deben ser discutidos en un banquete, ¿entienden?”

Dejar que la otra parte conociera su fuerza le daría una ventaja en las negociaciones. Zaryusu entendía que había tenido que arriesgar su vida para esto y ese el modo en que los hombres lagartos hacían las cosas. Pero no podía entender el comportamiento de hacer un banquete ya que la tribu Garra Verde no tenía tal costumbre.

Le parecía algo depravado el festejar luego de una batalla mortal.

“No lo entiendo…”

Un sentimiento de resignación cubrió a Zaryusu, haciendo que mostrara su sorpresa con honestidad mientras respondía en voz baja. Pero inmediatamente sintió arrepentimiento en su corazón por haber mostrado una reacción tan infantil frente a un Jefe de Tribu que aún no era su aliado. Zaryusu podía sentir que Crusch lo observaba con una mirada extraña.

Para Zaryusu, que no tenía experiencia en el amor, le era imposible saber que Crusch lo miraba porque la persona que le gustaba había mostrado un lado desconocido para ella. Era una mirada de curiosidad adorando algo lindo.

“No, lo que quiero decir es que beber demasiado nublará nuestras mentes y eso sería preocupante para mí.”

Zaryusu cambió sus palabras en pánico, pero Zenberu pareció no darle importancia y respondió:

“Hey, hey, hey, eres un Viajero, ¿cierto? Si quieres obtener conocimiento en estos alrededores, pensarías en los Enanos ¿cierto?”

“No, no aprendí de los enanos, sino de una tribu de hombres que vivían en el bosque.”

“¿Es así? Entonces recuerda esto, los amigos que beben juntos se volverán más cercanos, esa es una enseñanza de los enanos. Tal vez no quede mucho tiempo, así que hablemos con franqueza. ¿Estoy en lo cierto, Zaryusu Shasha?”

“Ya veo… ahora lo entiendo, Zenberu Gugu.”

“¡Genial! ¡Todos! ¡Vamos a tener un banquete! ¡Traigan eso acá! ¡Comiencen los preparativos!”

♦ ♦ ♦
Una fogata de casi dos metros de diámetro había sido encendida sobre la tierra, con llamas que casi quemaban el cielo. Su resplandor rojo ahuyentaba la oscuridad de la noche.

Sobre una mesa cerca a la fogata se encontraba una vasija de más de un metro de alto y de alrededor de 80 centímetros de diámetro, el olor a alcohol flotaba en el aire en ese lugar.

Docenas de hombres lagarto tomaban turnos para servirse el líquido de dentro. Pero el vino de la vasija parecía no tener fin.

Al igual que Frost Pain, éste era uno de los cuatro tesoros, la ‘Gran Vasija de Vino’.

Aunque el vino nunca se acabaría, su sabor era insípido y haría que cualquiera que apreciara el alcohol frunciría el ceño. Pero para los hombres lagarto, éste era un vino delicioso.

Era por eso que seguían viniendo por más.

A poca distancia de la vasija de vino había un lugar silencioso. El porqué de esto era debido a los hombres lagarto ebrios que se encontraban recostados e inmóviles en ese lugar.

Los hombres lagarto que habían perdido el conocimiento debido al alcohol habían sido dejados allí.

Crusch, que se había quitado su traje de hierbas, estaba pisando con cuidado ---aunque ya había pisado la cola de un hombre lagarto sin querer--- mientras avanzaba. Sus pasos eran seguros y no parecía estar borracha, pero tampoco parecía estar del todo bien.

Su cola parecía moverse independientemente, agitándose por todos lados, animada. A veces se contraía, a veces se estiraba, a veces estaba recta, y a veces colgaba, emocionada como un niño.

De hecho, Crusch sentía como si un refrescante viento estuviera soplando en su corazón. En parte debido al alcohol, pero el sentimiento de liberación que sentía también contribuía.

Ésta era la primera vez que mostraba su cuerpo albino a un gran número de personas. Sorprendió a algunos, pero ya que su Jefe de Tribu también parecía un mutante, ella pudo mezclarse con los otros en poco tiempo.

Crusch llevaba comida con las dos manos y caminaba a paso ligero.

Llegó al lugar donde Zaryusu y Zenberu se encontraban bebiendo sentados con las piernas cruzadas.

Los dos usaban algo parecido a un coco como copa. Dentro se encontraba un líquido transparente, pero de un fuerte olor a alcohol.

Peces crudos habían sido colocados justo ante ellos para complementar el vino. Zenberu saludó a Crusch, que había llegado allí, con una sonrisa.

“Ah, monstruo de plantas.”

“… ¿No puedes cambiar la forma en la que te diriges a mí?”

Ella ya se había quitado ese atuendo, pero este hombre lagarto insistía en seguir llamándola de ese modo. Probablemente planeaba fastidiarla para siempre con eso. Crusch, dándose cuenta de este hecho, decidió dejar de resistirse inútilmente.

“¿Han terminado su discusión?”

Zaryusu y Zenberu se miraron el uno al otro y asintieron.

“Casi del todo.”

Querían hablar de hombre a hombre, por lo que le pidieron a Crusch que les diera un tiempo para estar solos. Se lo habían dejado en claro, así que ella no tuvo otra alternativa más que retirarse y obtener la comida, a pesar de querer tomar parte en el dialogo. Si ellos fueran a discutir la batalla que estaba por venir, ella también debía participar.

Quería saber lo esencial de la charla y evitar los detalles incómodos---

“Ésta es una charla entre hombres.”

Pero Zenberu dio por cerrado el tema con esa frase. Crusch mostró su molestia en el rostro, y no tuvo otra opción sino cambiar el tema.

“Entonces ¿cuáles son sus planes? ¿Formar una alianza y luchar juntos?”

“¿Huh? Oh, por supuesto que lucharemos. Incluso si ustedes dos no hubieran venido, nosotros hubiéramos luchado.”

El sonido de la madera rozando la una contra la otra vino de la boca de Zenberu.

“En verdad eres un maniático de las luchas.”

“No me elogies tanto, harás que me avergüence.”

Zenberu ignoró a la estupefacta Crusch y le hizo un pedido:

“Oh cierto, monstruo de plantas, ¿puedes ayudarme a convencerlo? No importa que tanto le ruego, Zaryusu no quiere convertirse en el Jefe de nuestra Tribu.”

Zaryusu mostró una expresión de resignación y fatiga. Crusch podía adivinar por su rostro que cuando ella no había estado presente, esta pregunta había sido repetida incontables veces.

“Es imposible que él acepte ese trabajo. Él es de una tribu diferente y es un---” Crusch quiso decir Viajero, pero recordó que Zenberu también era un Viajero, así que cambió el tema: ¿Por qué te convertiste en un Viajero?”

“¿Huh? Oh, perder ante el dueño de Frost Pain fue un duro golpe para mí. Quería volverme más fuerte así que lo más natural sería alejarme y visitar diferentes lugares ¿cierto? Así que me volví un Viajero.”

Los hombros de Zaryusu, que estaba a su lado, decayeron con cansancio. Crusch recordaba a Zaryusu hablando también de sus viajes.

Cuando Zaryusu se había vuelto un Viajero, estaba motivado por su determinación y el sentido del deber hacia su tribu. Zenberu, quien también era un Viajero debió haber pensado algo parecido… Pero eso no era aparente por la forma en la que se comportaba.

Crusch colocó su mano suavemente sobre el hombro de Zaryusu para consolarlo, comunicándole el mensaje: ‘Él es él, tú eres tú’.

Para un observador, las acciones de Crusch debían parecer como las de una amante. Cuando se dio cuenta de eso, la cola de Crusch comenzó a entrar en pánico. La cola de Zaryusu también se movía intensamente.

Los dos se miraron a los ojos y sonrieron tímidamente.

Zenberu pretendió no darse cuenta de eso y continuó hablando de buen humor:

“Yo pensé que debían haber sujetos poderosos en esa montaña ya que es tan grande. Aprendí mucho de los enanos que conocí en mis viajes y obtuve esa alabarda. Al principio no la quise, pero ya que me dijeron que era un recuerdo de nuestro encuentro, no tuve otra opción que aceptarla.”

“… Entonces eso sucedió, genial.”

Crusch respondió fríamente.

“Sí, gracias.”

---El sarcasmo no funcionaba.

Con la atmósfera arruinada, Crusch tomó una copa y se la bebió toda. Sintió su garganta calentarse, y un calor que se esparcía del vino en su estomago hacia todo su cuerpo. Zaryusu hizo lo mismo.

En ese momento, oyó el sonido de una pregunta en voz baja. Se sentía totalmente diferente a antes, haciendo difícil discernir inmediatamente quien era el que había preguntado.

“¿Entonces, crees que podamos ganar?”

Zaryusu respondió suavemente.

“… No lo sé.”

“Claro, eso imaginaba, no hay garantías en la guerra. Si alguien fuera a asegurar la victoria sin conocer la fuerza de los adversarios, me gustaría golpearlo y decirle que se deje de inventar cosas.”

Crusch no le dijo nada más a Zenberu que reía en voz baja.

“Pero… nuestro enemigo es descuidado, esto podría afectar nuestras oportunidades de ganar.”

Crusch se lo explicó al desconcertado Zenberu en lugar de Zaryusu.

“¿Recuerdas lo que dijo ese monstruo?”

“Lo siento, en ese momento estaba tomando una siesta.”

“…Pero alguien debió de oírlo ¿cierto?”

“Hmmp, lo olvidé porque es una molestia. De todos modos, lo importante es que si nos atacan, nosotros los atacamos de vuelta, ¿cierto?”

Este tipo no tiene remedio--- Crusch abandonó sus intenciones de explicárselo con una expresión de ese tipo mientras que Zaryusu comenzó la explicación con una sonrisa irónica.

“… él dijo, ‘Resistan tercamente, mortales’.”

Una expresión peligrosa apareció en la cara de Zenberu, sus rasgos faciales fruncidos en una mueca.

“Qué irritante, menospreciándonos desde el comienzo.”

Zenberu rugió con rabia.

Daba a entender fuertemente la furia y el desagrado que sentía.

“Es cierto, nos están menospreciando. Pero para estar tan confiados… eso significa que tienen las fuerzas para abrumarnos fácilmente… Pero aplastaremos la arrogancia de nuestros enemigos. Uniremos a los cinco tribus y les mostraremos la mayor fuerza que podamos reunir. Los enfrentaremos de frente, y les haremos saber que no somos debiluchos indefensos.”

“Hmmp, no está mal, es una forma sencilla de ponerlo. Me gusta.”

Mientras los dos machos discutían apasionadamente cómo luchar, Crusch vertió agua fría sobre sus planes.

“No nos hará bien herir demasiado su orgullo. Sólo necesitamos mostrarles nuestro valor, ¿cierto? Si saben que somos útiles, tal vez no acaben con nosotros.”

“Hey, hey, ¿quieres que agachemos la cabeza hacia esos bastardos?”

“Zaryusu… entiendo el peligro en evacuar, pero creo que conservar nuestras vidas es más importante que perder nuestra libertad.”

Crusch dijo esto en voz baja.

Los otros dos no contradijeron sus pensamientos ni se burlaron de ella.

Nadie quería ser dominado, pero había más futuro en ser un esclavo que en perder sus vidas. Si ellos tuvieran un futuro, había incontables posibilidades.

Por ejemplo, si enseñaban la técnica del cultivo de peces a todos, ellos podrían abandonar sus hogares actuales y escapar lejos.

Si alguien fuera a abandonar esta posibilidad y ordenar a todos que mueran, esa persona no tenía derecho de ser un líder.

“Escuchen esto.”

Luego de oír lo que Zaryusu dijo en voz baja, los tres aguzaron los oídos y escucharon las risas que venían del banquete traídas por el viento.

“Tal vez no podamos volver a reír de ese modo luego de ser dominados.”

“Tal vez podamos, ¿cierto?”

“¿En verdad? No lo creo. No creo que una existencia que pueda divertirse con nuestra muerte pueda ser tan caritativa. Si ellos tuvieran algo de piedad, no intentarían acabar con nosotros con una actitud tan relajada.”

Crusch asintió estando de acuerdo.

Incluso así---

“Lo que quiero decir es… por favor no mueras.”

“--- No lo haré, no antes de oír tu respuesta a esa pregunta.”

“— !”

Crusch y Zaryusu se miraron fijamente a los ojos bajo el frío cielo nocturno.

E hicieron una promesa.

---Ignorando completamente al contrariado Zenberu.

Autor: Kugame Maruyama
Traducido por: Erb


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